062.- Por si me falla la memoria (2003 – 2025)
A lo largo de nuestras vidas coincidimos con muchas personas. Con algunas tenemos encuentros fugaces, ocasionales, mientras que con otras convivimos más tiempo, e incluso trabamos cierta amistad. La reciente desaparición, mucho antes de lo que cabía esperar, de un par de compañeros de aficiones comunes, me ha llevado a repasar momentos en los que coincidimos. No son pocas las personas conocidas que nos han ido dejando, porque, cuando además de llevar ya unos cuantos años por este mundo, te involucras en agrupaciones diversas, acabas conociendo a más gente, y simplemente por una cuestión estadística, es hasta cierto punto normal acabar despidiendo a algunos de ellos. Aunque cada vez tratemos más de evitar un hecho tan natural como nuestra propia vida como es la muerte, por mucho que nos empeñemos, tarde o temprano nos recuerda su presencia. Familiares, amigos, compañeros, vecinos, conocidos en general, incluso personas que nunca conocimos más que por ser famosos, van desfilando por nuestra existencia inexorablemente. Y algunos, como decía, nos dejan más huella que otros. Con esta reseña-homenaje pretendo dejar siquiera por los minutos que tarde en escribirla o los que emplee quien la lea, un recuerdo, seguramente no todo lo preciso que se merecen o me gustaría, de su existencia. Y a ser posible, dada la sección, relacionarlos con el cine, claro.
El pasado jueves 30 de enero me impactó la noticia que mi hijo me mandó por whatsapp a las 9:24 de la mañana y de la que él mismo se sorprendía: https://www.elnortedecastilla.es/valladolid/muere-jesus-anta-exconcejal-activista-vecinal-especialista-20250130090511-nt.html.
No me lo podía creer. Lo veía con frecuencia (somos vecinos) y siempre nos parábamos a charlar, normalmente sobre algo de la ciudad. Llevaba unos días queriendo encontrarme con él para comentarle unos datos que aportaba en una de sus últimas intervenciones en Onda Cero donde colaboraba con una sección denominada Velay, un microespacio dentro del programa matinal Mas de Uno Valladolid. De hecho, la tarde del miércoles estuve escuchando nuevamente el podcast del 22 de octubre de 2024, en el que habló sobre la evolución de las salas de cine de la ciudad desde los años setenta del pasado siglo a la actualidad. Desgraciadamente esa conversación nunca podrá tener lugar. JESÚS ANTA era un completo enamorado de su ciudad y de sus gentes. No voy a descubrir nada nuevo que no se haya dicho ya por personas que lo conocían mucho más y mejor que yo, pero me apetece recordar y compartir los eventos que recuerdo en los que participé con él.
Conocí a Jesús en el año 2003 compartiendo unas cuantas reuniones de vecinos. Habíamos comprado piso en la misma urbanización y teníamos algún que otro problema con la constructora, lo que llevó a los compradores a reunirnos para intentar hacer un frente común. En esa época ya no estaba en el Ayuntamiento, pero sabía de su trayectoria política por los periódicos. Éramos vecinos (en diferentes portales) y a veces coincidíamos, pero no pasábamos de un cortés saludo durante varios años. En el año 2007 cayeron en mis manos algunos de sus artículos en Diario de Valladolid El Mundo, sobre pueblos de la provincia. En mi casa se compraba el periódico todos los fines de semana, siempre El Norte de Castilla, pero alguna vez también El Mundo o El País, por alguna noticia o artículo de interés. Desde finales de los ochenta, recortaba y guardaba los artículos que me habían gustado o tenían algún dato que consideraba me pudiera servir para algo. Un atraso total, porque actualmente tengo no sé cuántas cajas llenas de recortes de periódico que abarcan múltiples temas de interés, a los que acudo muchas veces, pero que ocupan un espacio nada despreciable, y son tantos que nunca me decido a empezar a escanearlos y deshacerme de los originales. En 2007, Jesús escribía una serie titulada Camino Abierto, que un año después se convirtió en La mirada curiosa, precursora de su fantástico blog.
Durante el curso escolar 2004 – 2005, apuntamos a mi hijo mayor a una actividad de Cuentacuentos los viernes, organizada por la Asociación de Vecinos 24 de diciembre del Barrio Belén. Coincidía allí con muchos compañeros de curso del CEIP Federico García Lorca, donde estaba escolarizado. Los padres teníamos también reuniones de vez en cuando, y celebraciones típicas en momentos puntuales como Navidad, Carnavales, etc. Y allí volví a coincidir con Jesús, siempre atento a sacar alguna foto para la revista de la Asociación Belén pide paso.
Se da la circunstancia que aquellos años el párroco era el ya fallecido JULIÁN BAJO VILLACÉ, un sacerdote muy involucrado en los temas sociales y muy comprometido con las familias. Hacía frente común con MILLÁN SANTOS, párroco de Santo Toribio de Mogrovejo (teníamos hasta el material de campamentos en común). Tanto Julián como Millán pasaron más de una noche en el cuartelillo; en el caso del primero, simplemente por dejar el salón parroquial para que partidos y sindicatos se reunieran (eso no lo conocí, pues fue en el inicio de la transición). Por supuesto, aquello tampoco agradaba al señor arzobispo de entones, JOSÉ DELICADO BAEZA, bastante conservador (las veces que lo traté fue correcto, pero no entendía, mejor dicho, no le interesaba entender, porque era inteligente, nada que se apartase mínimamente de la ortodoxia católica). El caso es que Julián (entre sus compañeros era conocido como “el talento”) era un hombre apasionado por la cultura, por la historia, por el arte, por los pueblos, deportista, devoraba libro tras libro de lo que fuera, a mi me alucinaba el que siempre acababa los, para mí, indescifrables crucigramas del periódico. Además, era una persona cercana. Pues bien, hablando en cierta ocasión con Jesús, resulta que teníamos en común que tanto a él como a mí, nos casó Julián. Y Jesús y Julián tenían en común las frecuentes escapadas por los campos, los páramos y los valles, y admiraban y querían las arquitecturas modestas, las costumbres castellanas, los objetos e instrumentos tradicionales que para los demás no eran sino utensilios sin valor ni interés. Por supuesto ambos fotografiaban todo lo que se encontraban, aunque fueran cuatro piedras mal puestas de un camino seco y polvoriento.
Precisamente una de las incontables exposiciones que organizó Jesús, Una mirada sobre Valladolid, en el Palacio Pimentel, una de las primeras en las que recuerdo haber estado, consistía en una colección de fotografías de rincones, paisajes y objetos modestos de los pueblos de la provincia. La vi dos veces: una por mi cuenta y otra guiada por Jesús (no descubro nada si digo que, aunque no se recorran al completo, las exposiciones guiadas son siempre mucho más fructíferas). No recuerdo qué le pregunté, ni a cuento de que foto fue, pero me habló del escultor ALEJO DE VAHÍA (en torno a 1450 - 1515).
Vuelvo a disfrutar de sus conocimientos y erudición en el recorrido a lo largo del río de En Junio la Esgueva, un proyecto del cual es uno de sus artífices, al que asistí al menos en dos ediciones. Y otras dos veces de las tres que he ido, coincidí con él en las Visitas guiadas al cementerio del Carmen, una de ellas en octubre de 2015 (de las otras no tengo apuntada la fecha).
Y llega 2017. La Asociación Ciclista Vallisoletana (ASCIVA) me propone guiar una ruta urbana por los Cines Desaparecidos de nuestra ciudad. Por supuesto, les digo que sí. Cuando veo el cartel resulta que mi nombre aparece al lado del de Jesús, es decir, iba a tener el honor de compartir las descripciones con mi vecino. Aquello me tranquilizó bastante puesto que, aunque ha dado muchas charlas y conferencias, sin pizarra, ni imágenes de apoyo, metiendo sólo rollo, me preocupaba un poco. Entre dos, y uno de ellos con amplia experiencia, el éxito (o al menos la distensión) estaba asegurado. Jesús se encargó de los aspectos urbanísticos y la arquitectura de los cines, y yo de las películas. La adaptación de carteles de películas reales a estas rutas (los de la imagen inicial) las realizó LUIS SALAZAR de ASCIVA.
Imagen: Frente al lugar donde se encontraba el Minicine GROUCHO.
Pensábamos que en hora u hora y media lo tendríamos hecho, pero qué va. Empezamos sobre las 17.15, y era de noche (en torno a las 20.00; fue el 18 de noviembre) cuando terminamos, ¡¡y sólo habíamos visto los cines del centro!! Concretamente, los teatros Zorrilla, Lope de Vega, Calderón, Carrión y Cervantes, y los Cines Roxy, Coca y Castilla (de este último hablamos sin llegar a ir físicamente). No podíamos dejar las cosas a medias, de modo que hicimos hasta otras dos rutas, los días 17 de junio de 2018 (con buen tiempo) y el 2 de diciembre de 2018 (en ésta última no vino Jesús), ambas un domingo por la mañana para que no se nos echara la noche encima como el primer día. Fue una experiencia estupenda, la disfrutamos mucho y la gente que pasaba por allí se quedaba a escucharnos y lamentaba no poder seguir más allá del cine en el que coincidiéramos porque claro, ¡¡ellos no tenían bici para desplazarse!!
Entre 2018 y 2020, Jesús publica semanalmente la sección Callejeando en la que desgrana lo más típico de ochenta calles vallisoletanas en El Dia de Valladolid. Acabada esa sección comienza otra, Personajes e Historias, que finaliza en 2021 y que por supuesto sigo con interés (el periódico puede leerse gratuitamente desde el enlace anterior, y he tenido la paciencia de ir haciendo una copia de esas páginas que escribía). El 12 de diciembre de 2019 asistí a la presentación del libro El Patrimonio del Concejo. Edificios y otras construcciones de interés municipal de la provincia de Valladolid en los locales de la Asociación Vecinal Rondilla (calle Portillo de Balboa) que previamente había tenido una edición en crowfunding. Le pido que me dedique el libro, y me sorprende con un dibujo junto a nuestros nombres. Hasta ese momento las dedicatorias que otros autores me habían regalado eran alguna frase preparada o ingeniosa, pero nunca un dibujo. Me resultó bastante agradable y original. En la imagen las dos dedicatorias que tengo de su puño y letra: la de este libro y la del último que publicó).
Después, siempre que podía, he asistido a unas cuantas de sus charlas (por ejemplo, aquella del 21 de mayo de 2023, en las fiestas patronales de San Pedro Regalado sobre el Valladolid Desconocido, compartiendo mesa con ENRIQUE BERZAL en una de las salas del insigne Palacio Real) y paseos por las calles de Valladolid (una de las últimas partiendo desde la plaza de San Miguel, sobre los orígenes de la ciudad), encontrando siempre algún dato sorprendente y desconocido por mi sobre la ciudad y/o sus paisanos. En Youtube pueden recordarse algunas de sus charlas completas. Por ejemplo, la Asociación Cultural Conde Pedro Ansúrez ha subido estos días su conferencia sobre el Conde Ansúrez, como recuerdo y homenaje. Jesús, además de conversar con mucha gente, pasaba muchas horas buscando información en los más insospechados archivos y bibliotecas. Yo no he tenido mucho tiempo libre para ir a buscar datos en el Archivo Municipal, pero las veces que he estado, siempre lo encontraba allí.
Las biografías de algunos de los personajes que incluyó en su sección de El Día de Valladolid son ampliadas en el libro Historias y personajes no tan conocidos de Valladolid, presentado en la librería Sandoval el 15 de diciembre de 2024 (ver imagen), último evento público en el que coincidimos, donde se dieron cita diferentes amigos y personalidades de la cultura vallisoletana, que se planteó como un acto familiar, pero acabó quedándose pequeño ante la cantidad de personas que asistieron.
Finalmente, desde 2024, escribía semanalmente una página en El Norte de Castilla en una sección titulada Historias de aquí (más difícil de acceder si no compras el periódico o eres suscriptor) y unos videos de un par de minutos que el propio periódico tiene en su página web (también sólo para suscriptores) en una sección llamada Callejeando por Valladolid. En ella Jesús nos sintetiza lo más relevante de muchas de las calles de la ciudad, desde su historia y vecinos ilustres hasta los negocios que por ellas han ido desfilando.
Desgraciadamente no ha sido ésta la única pérdida que hemos sufrido en la Asociación de Vecinos 24 de diciembre del Barrio Belén recientemente. JAVIER TORRES VELADO (1964 – 2024) nos dejó el pasado 5 de mayo. Funcionario del Ministerio de Justicia, Javier era licenciado en Historia con la especialidad de Historia Moderna. La historia era su auténtica pasión (y su pueblo también). Sus aportaciones en su muro de Facebook, de varias páginas, eran absolutamente memorables, y a ellas se engancharon muchas personas. Desgraciadamente han desaparecido (supongo que, con su desaparición, la familia decidió eliminar su cuenta), al menos yo no las he encontrado cuando he querido volver a interesarme por alguno de los muchos temas que comentaba.
Coincidimos en muchas actividades. Por ejemplo, en visitas a exposiciones, a monumentos (ambos estábamos dentro del grupo Fotos antiguas de Valladolid de Facebook, que organizó durante un tiempo un montón de estupendas visitas) y era asiduo a las proyecciones y sus posteriores coloquios que hacemos en el grupo BelenCine (el trozo de foto en el que estamos juntos corresponde a un acto en la Casa de Zorrilla; lo siento, no he encontrado una foto mejor en la que estemos solos). En no pocas ocasiones tenía su punto polémico, lo que animaba las tertulias. Defendía con pasión (y con argumentos) en lo que creía. Nos decía, por ejemplo, que antes de criticar alguna resolución judicial (en muchas películas se plantean situaciones así; o en las noticias de los medios de comunicación), deberíamos leernos bien el contenido de las leyes y conocer el procedimiento de aplicación. Y no le faltaba razón, porque todos tenemos la costumbre de hablar y opinar de todo, sepamos poco, mucho o nada. Frecuentaba también las presentaciones de libros (compraba casi todos) y no se perdía los estrenos de las películas que tuvieran cierta profundidad. Manteníamos una amistosa controversia acerca de las películas que yo seleccionaba para el cine-fórum de los sábados: ¡¡Para dramas, ya tenemos el telediario!!¿Para cuándo una comedia?, solía espetarme. Lo reconozco, no encuentro comedías que me hagan sonreír mínimamente; es más, me suelen cabrear por lo absurdo que me suelen parecer (ciertamente hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar). Y cuando proponía alguna que me había parecido bien por algo, solía decirme ¡¡Pues no me he reído!! Pero a continuación, dibujaba una cálida sonrisa. Un buen tipo, el amigo Javier.
No sé cuanto tiempo estarán en nuestra mente. Con estas líneas simplemente quiero dejar por escrito vivencias que he compartido con estos dos compañeros, para asegurarme que, en un futuro, no se me olviden. Hasta siempre.
Muy interesante
ResponderEliminar¡¡¡Muchas Gracias!!!
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