043.- Pasolini, Festival La Fila y Teatro Valladolid (Años 2023 y 1976)
Algunas veces se producen coincidencias que no dejan de tener su curiosidad. Tras la anterior reseña publicada, la de Viaje al Centro de la Tierra, me disponía a redactar la correspondiente al del siguiente fin de semana (de hecho, la tengo prácticamente terminada). Pero uno continúa viendo películas y asistiendo a salas y proyecciones que se ofrecen en la ciudad. Y del 17 al 22 de abril (hace escasos días), se anunció el 27 Festival La Fila de Cortometrajes, en el Centro Cívico José Luis Mosquera, en el BARRIO HUERTA DEL REY.
En dicho homenaje, la escritora y poetisa MARINA CABALLERO DEL POZO desgranó algunos aspectos de la obra fílmica del polifacético director boloñés y presentó los cuatro cortometrajes de ficción (PASOLINI tiene otros tantos de corte documental) que estaba previsto que fueran proyectados a continuación. Personalmente no los conocía, ni tampoco la mayor parte de los amigos allí presentes con los que charlé antes de iniciarse la sesión. Sin embargo, la casualidad ha hecho que días después me topara en un periódico de 1976 con un anuncio de su proyección en Valladolid (el que vemos en la imagen). El hecho me
El primero de los cortos, ¿Qué son las nubes? (Che cosa sono le nuvole?, 1968; 20 minutos), es una poética alegoría en la que unas marionetas humanas cobran vida para representar la tragedia Otelo de WILLIAM SHAKESPEARE relacionándola con Las Meninas de VELÁZQUEZ. PASOLINI nos invita a entrar en el cuadro, mostrándonos el doble nivel de la puesta en escena: por un lado, la tragedia representada por los personajes-títeres; por otro, la perspectiva según la cual el "espectador" no sería más que un falso privilegiado observador aunque en realidad no puede ver ni percibir los diálogos y personajes de los títeres/actores, no puede entrar en los matices secretos e "irracionales" del significado, no puede descender al abismo de la representación que se produce. El realizador nos invita a ver la película y leer el guion como quien ve Las Meninas, es decir, a encontrar la "verdad" del engaño: lo bueno en lo malo, la realidad en la ficción, lo importante en lo fútil. En esta obra aparecen continuamente dobles niveles de lectura, desde la puesta en escena de la idea de teatro en el cine, de la separación elemental entre el mundo de la ficción y el mundo real, hasta la reflexión sobre los significados de la existencia humana y sobre las relaciones entre “aparecer y ser”, entre vida y muerte.
Este cortometraje formó parte de la película Capricho a la italiana (Capriccio all'italiana, Italia, 1968) conformada por tres episodios: uno de MAURO BOLOGNINI, otro de MARIO MONICELLI y éste de PIER PAOLO PASOLINI. Por eso en el anuncio del TEATRO VALLADOLID se cita esta película.
Al poco de comenzar el tercer cortometraje, La Tierra vista desde la Luna (La Terra vista dalla Luna, 1966; 20 minutos) reconocí inmediatamente haberlo visto. En efecto, ya que forma parte de otra película de episodios, Las brujas (Le streghe, Italia/Francia, 1967), con participación de los realizadores LUCHINO VISCONTI, MAURO BOLOGNINI, FRANCO ROSSI, VITTORIO DE SICA y PIER PAOLO PASOLINI, y la actriz SILVANA MANGANO como protagonista de todos ellos. Y la recordaba porque no hace mucho la vi, porque la recordaba de televisión (la emitieron en el programa Sábado Cine el 4 de marzo de 1978) y sobre todo porque en el último segmento el protagonista masculino es un joven CLINT EASTWOOD recién rodada su última participación en la trilogía del dólar. Y por supuesto porque, quitando la presencia de SILVANA MANGANO, las exageraciones ridículas al estilo de FELLINI me ponen enfermo. Puedo entender que haya a quien le encante y las consideren geniales, pero a mi no me gustan nada (ya saben, sobre gustos, …). Afortunadamente en este caso es de las más soportables de este estilo, porque obviamente PASOLINI no es FELLINI. Trata sobre los desvelos que sufre un padre que acaba de enviudar para conseguir encontrar una nueva madre para su pobre (¡¡e idiota!!) hijo, y así ambos ser felices. Muchas metáforas, como suele hacer el autor, bastante bien dirigidas al burgués espectador.
Del cuarto cortometraje previsto, La secuencia de la flor de papel (La sequenza del fiore di carta, 1968; 11 minutos), desafortunadamente no puedo contar nada ya que los encargados del Centro Cívico indicaron que ya era hora de cerrarlo, y nos quedamos con las ganas. Decir que también forma parte de un largometraje, Amor y Rabia (Amore e rabia, Italia/Francia, 1969) en el que participaron además de PASOLINI los directores MARCO BELLOCCHIO, BERNARDO BERTOLUCCI, JEAN-LUC GODARD, CARLO LIZZANI y ELDA TATTOLI.
Si desean ver íntegros, en versión original subtitulada, estos cuatro cortometrajes, pueden hacerlo siguiendo el siguiente enlace.
El Teatro Valladolid
El TEATRO VALLADOLID fue un recinto situado en la Avenida Ramón Pradera 3, propiedad de la Feria de Muestras de Valladolid. Tal y como describe DANIEL VILLALOBOS en su Arquitectura de cines en Valladolid, fue proyectado por el arquitecto CARLOS J. BALMORI en 1963. Su inauguración, sin embargo, no tuvo lugar hasta el miércoles 4 de septiembre de 1968, con un espectáculo musical (zarzuela), tal y como vemos en el anuncio adjunto publicado el día anterior.
En días previos, hubo algunas sugerencias populares sobre el nombre del Teatro. Se encontraba reciente la demolición del TEATRO PRADERA, por lo que algunas personas proponían que el nuevo teatro debería llamarse precisamente TEATRO PRADERA, dado que iba a estar en un sitio (la Feria de Muestras) en el que RAMÓN PRADERA (familiar del pionero empresario cinematográfico MANUEL PRADERA) estuvo muy involucrado y además situado en la avenida de su propio nombre. En cualquier caso, aquello no prosperó.
En la crónica de la inauguración, se destacaban las virtudes de la nueva sala: amplio escenario con capacidad para albergar grandes conjuntos orquestales y óperas que requirieran varios coros y con espacio suficiente para el movimiento de los protagonistas, con una acústica perfecta en la que se escuchaba el susurro más débil desde cualquier punto del recinto. Las butacas, de color rojo, resultaban estéticamente adecuadas con el gris de las paredes. El conjunto se definió como un espacio moderno, sobrio de línea, pero bello. El aforo final (se amplió el del proyecto original) era de 720 butacas distribuidas en una veintena de filas.
Antes de comenzar la función, el entonces Delegado de Información y Turismo, ANTOLÍN DE SANTIAGO Y JUÁREZ, pronunció unas palabras en las que expresó su intención de comprometerse desde ese nuevo espacio al fomento de la cultura en la ciudad, trayendo esos espectáculos de música y teatro que las compañías comerciales no ofrecían con demasiada frecuencia. Después tomó la palabra el alcalde, MARTÍN SANTOS ROMERO, para agradecer al Ministerio en nombre de todos los vallisoletanos el que se hubiera concretado aquella edificación, y que se dedicara a los fines anteriormente expuestos. Después, la competente Compañía Lírica Amadeo Vives deleitó al personal con su buen hacer.
Para fomentar la asistencia al nuevo recinto que, por lo visto, quedaba a los vallisoletanos muy a tras mano, todos los días, un cuarto de hora antes del inicio de cada sesión, un autobús trasladaba a los espectadores desde la Plaza de España al Teatro, y al finalizar la función con el trayecto opuesto, algo similar a lo que sucede hoy día con los autobuses que llevan a los aficionados al estadio de fútbol.
Inicialmente, el TEATRO VALLADOLID se dedicó exclusivamente a representaciones líricas y teatrales, aunque con el tiempo se introdujeron proyecciones cinematográficas, charlas, cursos, asambleas, etc. Casi desde el inicio, el TEATRO VALLADOLID tuvo muchas dificultades para salir adelante, económicas fundamentalmente. La propietaria, la Feria de Muestras, lo arrendaba al Ministerio de Información y Turismo, que junto con la Alcaldía y la Diputación costeaban los gastos que producía su programación, ya que los populares precios no eran suficientes para paliar en general los gastos. Aunque durante esos cuatro meses de 1968 la programación era diaria, enseguida se decidió abrirlo sólo en días concretos. Respecto a la programación cinematográfica, la Comisión Ejecutiva del Teatro, para evitar posibles quejas de los cines comerciales, decidieron programar películas de cineclub, y una política similar respecto a las compañías teatrales privadas.
Esa Comisión estaba inicialmente formada por cinco personas: el Gobernador Civil como Presidente, el Alcalde de la ciudad como Vicepresidente, un representante de la Feria de Muestras y dos miembros de la Delegación del Ministerio de Información y Turismo.
Entre los eventos cinematográficos que dio cabida es destacable el que formara parte de la Semana Internacional de Cine de la ciudad como sede secundaria desde 1969, las sesiones de Club de Cine Infantil todos los domingos a las 16:30 y las de Cine Club de Adultos el mismo día a partir de las 18:30 (con cine de autor inédito en la ciudad y normalmente en versión original subtitulada), los Ciclos de la Filmoteca Nacional los jueves, o los Cursos de Iniciación a la Cinematografía impartidos por el entonces secretario de la Cátedra de Cine de la Universidad de Valladolid, el escritor y crítico CÁNDIDO FERNÁNDEZ.
Gracias al trabajo de muchos entusiastas y amantes del séptimo arte, el TEATRO VALLADOLID se convirtió en un islote cultural relevante en un desolado panorama general que desgraciadamente acabó languideciendo, acuciado por las crecientes dificultades económicas de las sucesivas ediciones de la Feria de Muestras, que fue aumentando el coste del arrendamiento en un intento de paliar sus maltrechas finanzas. Hasta el 24 de noviembre de 1992 que acabó derribándose (casualmente, como el TEATRO PRADERA, aunque no adoptara el mismo nombre).
Festival La Fila
Tal y como figura en sus estatutos, la Asociación Cultural de Cinematografía La Fila es una asociación cultural sin ánimo de lucro, creada en el año 1994. Entre sus fines se encuentra la edición de dos revistas de cinematografía al año, la realización de un festival anual de cortometrajes, y la organización de actividades diversas relacionadas con el cine, prestando especial atención a los cortometrajes. Su nombre viene de que la iniciativa surgió entre algunos de los espectadores de la SEMINCI que hacían cola para sacar entradas. El rostro reconocible y alma mater de su festival de cortos es ISABEL BLANCO, que con mucha ilusión, escasos medios y mucho, mucho trabajo, ha ido engrandeciendo año tras año el certamen (desde una humilde muestra de un puñado de cortos de realizadores de la ciudad, extendiéndose paulatinamente a la comunidad autónoma, a todo el país, y finalmente, al resto del mundo, recibiendo para el concurso trabajos de las más diversas nacionalidades). De la vocación docente de ISABEL surgió también la idea de incluir una Muestra Escolar de cortometrajes de Castilla y León, que tiene lugar dentro de la semana en que se celebra el Festival Internacional. Todo un referente cinematográfico, uno más del que disfruta y se engrandece nuestra ciudad.
El Festival se ha venido desarrollando en diferentes lugares. En un principio en el Salón de Actos de la desaparecida Caja de Ahorros Popular en la Plaza de la Fuente Dorada. Durante unos pocos años en el Laboratorio de las Artes de Valladolid (LAVA) en el Paseo de Zorrilla, y últimamente en el Centro Cívico José Luis Mosquera, en la calle Pío del Río Hortega 13.
(Publicada el 2 - 05 - 2023)
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