021.- Arquitectura de cines en Valladolid (Año 2021)

 


Como en otras ciudades de nuestro país (del mundo entero en realidad), Valladolid ha disfrutado no hace demasiado tiempo de más de una veintena de salas cinematográficas, además de otros lugares no comerciales en los que se podían ver películas. En la actualidad asistimos por el contrario a una exigua oferta, una supervivencia heroica prácticamente, de unos pocos locales. No porque el cine haya dejado de interesar, sino por un cambio de hábitos, y por la facilidad y amplia oferta de canales de pago televisivos que lo ofertan o a través de internet. Detrás se esconde un pésimo (inexistente en realidad) concepto de lo audiovisual por parte del público, sólo preocupado por el consumo rápido y fácil, sin ningún tipo de reflexión o análisis de lo visto, ni mucho menos una valoración más allá de unos argumentos cada vez más simples y triviales. Ni fotografía, ni actuación, ni montaje, ni banda sonora, nada de eso parece importar, obvio si se visualiza a través de un minúsculo móvil y en muchos casos a doble velocidad para acabar cuanto antes los tropecientos cincuenta capítulos de la enésima temporada del serial que las empresas de marketing hayan decidido que es más cool. En este contexto, la revisión del cine de no más de dos años desde su estreno, es un argumento de ciencia ficción para la mayor parte de los espectadores, sobre todo los más jóvenes. Siempre hay excepciones, pero da la impresión de que son muy minoritarias.

            Sin embargo, como decía al inicio, existió otro modo de contemplar y percibir lo que muchos profesionales quisieron transmitir a través de esta manifestación cultural, todo un ritual del que hablaremos en otra ocasión. Hoy nos centraremos en el espacio en el que se veían las películas, los locales, las salas. Podría parecer que esos recintos no tienen demasiada importancia: bastaría una lona blanca, y una nave anodina con asientos lo más cómodos posibles (muchas multisalas son así). Pero cuando se acondicionaba un local dentro de una ciudad, la adaptación no era tan sencilla, por diferentes motivos, como que el espacio disponible normalmente no tuviera las dimensiones necesarias, ni presentara las condiciones acústicas apropiadas, ni permitiera la visión de la pantalla con la misma calidad desde cualquier posición. Resolver todas estas situaciones requería un proyecto arquitectónico meditado y adecuado. Aparte, muchos cines trataban de ofrecer algún tipo de atractivo que los hicieran únicos, o al menos reconocibles entre los demás, que el público los aceptara con agrado y fueran mejor que los de la competencia. Un concepto heredado del teatro, de los grandes y exclusivos coliseos. La arquitectura, la decoración, la ergonomía, los aspectos técnicos (visuales y sonoros) son por tanto algunos de los factores que debían tenerse en cuenta (además de una programación atractiva, obviamente).

            El pasado martes 20 de abril tuvo lugar en la Sala 5 de los CINES BROADWAY de Valladolid la presentación pública del libro Arquitectura de cines en Valladolid. En busca de una identidad arquitectónica y urbana. Es el resultado del trabajo realizado por el Grupo de Investigación Reconocido de Arquitectura y Cine de la Universidad de Valladolid (GIRAC). El texto y la documentación gráfica ha corrido a cargo del profesor DANIEL VILLALOBOS ALONSO, mientras que la documentación archivística la ha realizado SARA PÉREZ BARREIRO. MONTSERRAT GARCÍA y DANIEL VILLALOBOS han realizado las fotografías actuales presentes en el volumen. Además, se ha contado con otros muchos colaboradores, entre los que he tenido la fortuna de estar, de lo que estoy muy agradecido a sus responsables. Anteriormente, el miércoles 7 de abril, se hizo una primera presentación, más institucional, con presencia de medios de comunicación, transmitida en directo en streaming, por parte de la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, ANA REDONDO, y de su autor, DANIEL VILLALOBOS, habida cuenta de que el Centro de Publicaciones de dicha institución se ha encargado de su edición.

            El libro recoge la historia de todas las salas de proyección comerciales que hubo en la ciudad desde la llegada del cinematógrafo a la ciudad, en 1896. Siendo un proyecto de un GIR (Grupo de Investigación Reconocido) de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid, es lógico que ponga su mayor foco de atención en la composición arquitectónica de las salas (algunas, dependiendo de la época de creación y de los arquitectos involucrados, con estilos claramente definidos que van desde el art decó, el racionalismo, el historicismo u otros más pragmáticos y eclécticos), destacando la extraordinaria documentación recopilada de bocetos y planos de todas las salas que tuvo la ciudad. También se comenta con detalle la solución adoptada por los arquitectos responsables (la mayor parte de primer nivel) para adecuar los locales a su fin, en muchos casos con ideas sumamente originales y sorprendentes. Este aspecto, junto con el catálogo de otros espacios usados para realizar proyecciones en centros docentes o de otras instituciones, como el Cine-Teatro del Colegio de los Dominicos, o el Salón-Cine del Edificio de Sindicatos, por poner un ejemplo de cada una de esas categorías, son lo más destacado. Leyendo el libro, descubriremos que no son ejemplos aislados; hay bastantes más, que podrían utilizarse, tras su necesaria puesta a punto, por toda la ciudadanía. También se citan y describen con sumo detalle proyectos de salas que no llegaron a construirse o se modificaron, como la del Colegio Cristo Rey.


            Asimismo, son destacables las escasas fotografías de muchos de ellos (limpiadas y mejoradas para esta publicación), algunas aportadas por familiares o descendientes de sus propietarios. Sería magnífico que, tanto a partir de la publicación del libro, como de textos como este mismo, pudieran aparecer otras imágenes de ciudadanos particulares que enriquecieran la documentación y recuerdo de estos espacios. Y no necesariamente deben ser antiguas. Por ejemplo, el libro no incluye ninguna del MINI CINE GROUCHO, del primer CASABLANCA en la calle Platerías, ni de los ÁBACO que hubo en la calle Costa Brava, dentro de un conocido centro comercial. Aunque no son demasiado claras, en este artículo incluyo dos de sendos recortes de periódicos: una, de las primeras salas CASABLANCA en la
calle Platerías del diario EL MUNDO, firmada por J. M. LOSTAU; y otra del MINI CINE GROUCHO, de HENAR SASTRE, publicada en 1993 por EL NORTE DE CASTILLA. Dicha imagen muestra el empapelado de la entrada al cine con carteles de distintas películas que se hizo a modo de homenaje los días previos a su clausura.

    Partiendo de las referencias bibliográficas ya publicadas sobre estas salas, el GIRAC ha realizado una minuciosa y exhaustiva búsqueda y localización de documentos, que comenzó en el año 2016, a partir de la exposición Confluencias, Arquitectura, Cine y Ciudad, comisariada por SARA PÉREZ BARREIRO, que tuvo lugar en el Museo Patio Herreriano. La presentación de todos los datos está realizada desde un punto de vista estrictamente técnico, sin espacio a la nostalgia, aunque para los que conocimos y disfrutamos aquellas salas es inevitable el recuerdo un tanto melancólico al ir recorriendo páginas e imágenes. Tampoco pretende ser la última palabra sobre el tema sino un incentivo a partir del cual seguir buscando. La riqueza cultural e histórica de las ciudades es tan amplia que no es descartable descubrir, no solo nuevas imágenes, sino también, quien sabe, otras salas más efímeras cuya referencia permanezca aún oculta.

           La información del libro aparece desarrollada en torno a los siguientes capítulos:

Plano de la ciudad con la situación de cines y salas de proyección citadas en el libro, el origen del cine en Valladolid, el CINEMATÓGRAFO PRADERA (primera construcción estable para proyectar cine en la ciudad), el CINEMATÓGRAFO NOVELTY (local cuyo leitmotiv fue el de elevar a entretenimiento culto el inicial espectáculo popular), el SALÓN PRADERA (y la polémica que originó su construcción), los teatros vallisoletanos incorporados al cine, el CINE HISPANIA, los cines en los años treinta (COCA), Modernidad y vanguardias arquitectónicas (CAPITOL, LAFUENTE y ROXY), Cines después de la Guerra Civil (TEATRO-CINE CARRIÓN, GOYA, CERVANTES, CASTILLA), el CINE AVENIDA, Cines en los barrios (DELICIAS, REX, LA RUBIA, ALAMEDA, MATALLANA, EMBAJADORES, PAZ-BABÓN), el CINE VISTARAMA, Proyecciones en otros espacios (Colegio La Salle, Dominicos, Cine Sindicatos, San Agustín, Residencia Monferrant, Instituto Núñez de Arce, Cristo Rey, Sagrada Familia, Casa Cuna, Colegio Juan XXIII, Escuelas de Ingeniería), las salas no comerciales (Cine Luises-Kostkas, Centro Cultural Vallisoletano, etc.), nuevos modos de ver cine (Multicines y minicines, MANHATTAN, GROUCHO, BROADWAY y CASABLANCA), Reformas en Cines históricos (VISTARAMA, COCA, LAFUENTE, ROXY), Multicines en centros comerciales (Parquesol Plaza, Lauren Vall Sur, Megarama, Ábaco, Cinesa Zaratán, OCine en Rio Shopping), Conclusiones, bibliografía, créditos y anexos (reproducción de reportajes en periódicos y artículos).

            El volumen tiene 350 páginas y se encuentra a la venta en las librerías de la ciudad a un precio de 25 euros. Constituye un referente imprescindible para los que deseen conocer con más profundidad las vicisitudes de todos estos locales, una parte más de la historia de Valladolid.

 (Publicado el 24 - 05 - 2021)

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