051.- Jesucristo Súperstar, otra primicia en Valladolid (Años 1974, 1983 y 2023)
A la memoria de mi padre, fallecido el pasado 7 de marzo
Se acercan los días de Semana Santa, buen momento para recordar una de las películas sobre JESÚS DE NAZARET que más controversias provocó en el momento de su estreno. En realidad, casi todas las películas y obras centradas en asuntos religiosos, de cualquier religión, generan críticas a favor y en contra, consecuencia de las diferentes líneas de aproximación (según sean más ortodoxas, o más liberales). En este caso además se daban cita la época (corrientes más comprometidas dentro de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II), el género de la adaptación (un musical rock), la estética, algunas licencias en el argumento, el estar narrada desde el punto de vista del teórico “malo” lo que trae consigo una visión más humana que divina de Jesús, etc.
Como en el resto de las reseñas de este blog, comentaré la relación personal que he tenido con esta película, junto a aspectos puramente cinematográficos y de su trayectoria en las salas cinematográficas de nuestra ciudad, sin entrar a valorar los de tipo religioso y tratando de ser lo más respetuoso posible con cualquier punto de vista, independientemente de mi opinión al respecto.
En el curso escolar 1982/1983 cursaba el antiguo COU (Curso Orientación Universitaria). Como en años anteriores, SANTIAGO LORENZO, el profesor de inglés (con el que coincidía desde 8º EGB; sólo un curso tuve otro profesor) complementaba el libro de texto en sus clases con otro tipo de materiales (lecturas y audiciones de novelas clásicas, discos de diferentes grupos y cantantes como THE BEATLES o ROLLING STONES, entre otros). Pues bien, aquel curso propuso trabajar las letras del musical JESUSCHRIST SUPERSTAR, ópera rock de TIM RICE (letras) y ANDREW LLOYD WEBBER (música). No se trataba precisamente de algo novedoso ya que su estreno en Broadway databa de 1971, el primer álbum se grabó en 1970 (nadie se atrevía a producirla al principio), y todos conocíamos la versión española de CAMILO SESTO por sus apariciones en diferentes programas de televisión y su difusión por la radio. Pero evidentemente de lo que se trataba era de aprender y practicar inglés, no de estar a la última musicalmente. Reconozco que no me hizo demasiada gracia en aquel momento, aunque mi desconocimiento de los temas era total (salvo el archiconocido GETSEMANÍ). Fuimos trabajando la veintena de canciones (muchas palabras desconocidas entonces), y escuchándolas de vez en cuando.
Terminado el curso, ya de vacaciones, el CINE VISTARAMA programó la película. En verano, esta sala reponía algunas de las películas que en su momento más expectación tuvieron. Los estrenos se dejaban para después de ferias. El grupo de compañeros con el que entonces salía (muchos nos conocíamos desde la EGB) decidimos ir a verla un sábado por la noche (concretamente el 23 de julio de 1983). Nos acompañó el profesor de Filosofía, GREGORIO ASTORGA, “GOYO”, con quien quedábamos de vez en cuando para tomar algo. Como todo el mundo que haya visto la película sabe, no hay diálogo alguno, es completamente musical, y las canciones van, afortunadamente, subtituladas (recalco lo de afortunadamente, porque me resulta horroroso el doblaje al español de las canciones de otras nacionalidades, como en Sonrisas y lágrimas, El mago de Oz, las de DISNEY y otras muchas; pocas cosas he visto tan lamentables: por muy bien que cantaran los intérpretes las traducciones para intentar ajustar letra y música eran esperpénticas en la mayoría de los casos). Conocidas las letras casi de memoria de las clases de inglés, no era necesario leerlas, lo que nos permitía apreciar mucho mejor la interpretación de los actores, la magnífica fotografía y otros detalles del film. Me gustó mucho, esa es la verdad, y conforme fui interesándome más por ella, he ido averiguando y descubriendo muchos detalles interesantes que pasan desapercibidos en un primer visionado.
Aquellas vacaciones eran además especiales para todos nosotros, porque suponían el adiós al instituto, a muchos de aquellos compañeros que iban a elegir caminos distintos (de hecho, a algunos no los he vuelto a ver), a la incertidumbre de empezar la universidad, … Puede decirse que aquella película cerraba para siempre un ciclo de nuestras vidas.
Llenazo en el Cine AVENIDA
Pero aquella película tenía también su propia historia para nuestra ciudad, y el país entero. En los EE. UU., Canadá y Reino Unido se había estrenado en agosto de 1973, sin haberse apagado aún el éxito de sus representaciones en los escenarios. Para algunos países, entre ellos el nuestro, tradicionalmente católico y muy ortodoxo, su estreno no hacía ninguna gracia, puesto que eran muchos los que consideraban algo así como una irreverencia, un insulto, cualquier interpretación de los Evangelios diferente a la literal. Sin embargo, en Valladolid teníamos un Festival de Cine que además había difundido en ediciones previas películas de carácter religioso, algunas bastante tradicionales, pero otras con enfoques renovadores. El marco ideal por tanto para proponer la posibilidad de exhibir producciones incómodas que, total, iba a ser para una minoría. Con esas premisas contaban los audaces programadores del momento.
Así, el día de la clausura de la XIX Semana Internacional de Cine de Valladolid (sin etiquetas añadidas desde la edición anterior), el domingo 5 de mayo de 1974, fuera de concurso, el CINE AVENIDA registra uno de sus llenos absolutos (con espectadores de pie, superando el aforo de la sala), junto a algunas manifestaciones de protesta, por la proyección de Jesuscristo Superstar (Jesus Christ Superstar, Norman Jewison, EE. UU., 1973). Dos días antes, el general FRANCO y su Consejo de Ministros, se debatían aún si permitir su proyección o no (en este artículo de EL NORTE DE CASTILLA se detalla el asunto). Alguna organización intentó boicotearla acusándola como hemos dicho de irreverente e incluso blasfema. Muchos aún recuerdan cómo se concentraban personas desde primeras horas de la mañana, para rezar rosarios arrodilladas delante de la entrada, imitando lo sucedido en otros lugares. Todo ello a pesar de que la víspera tuvo lugar una mesa redonda en la CAJA DE AHORROS PROVINCIAL con varios sacerdotes que explicaron el sentido meramente artístico del film, lejos de cualquier connotación teológica. Además, el órgano de opinión vaticano, el periódico L'OSSERVATORE ROMANO se manifestó favorable al sentido conceptual de la película. Como suele ocurrir, el efecto pretendido por los radicales fue el diametralmente opuesto ya que el público ovacionó estruendosamente la película, siendo reflejado en diferentes medios de comunicación de la época a nivel nacional.
Aunque ninguna tragedia apocalíptica
tuvo lugar tras su proyección, las autoridades españolas no tuvieron a bien
estrenar la película comercialmente hasta el lunes 3 de febrero de 1975, en el CINE
PALAFOX de Madrid, en el número 15 de la CALLE LUCHANA. Durante
este estreno se repitieron los sempiternos rezos de rosarios de desagravio a la
misma puerta del cine, y en una sesión de tarde, un grupo de ocho personas tiró
desde el anfiteatro unas botellas de zotal al patio de butacas y panfletos
contra la película provocando graves altercados. Esta sala, por cierto, la
segunda más grande de la ciudad, se inauguró en 1962 y estuvo en activo hasta
2017, año en el que la adquirió YELMO CINES y que reformó y reabrió en
2019 como CINE YELMO LUXURY PALAFOX.
Porqué la polémica
La obra es una adaptación libre de los Evangelios y narra los últimos siete días de vida de JESÚS DE NAZARET, desde la visión particular de uno de sus discípulos, JUDAS ISCARIOTE. Éste es un fiel seguidor del primero, y está plenamente convencido de su potencial, de que por fin se va a poder acabar con la opresión romana, la hipocresía interesada de los judíos (la comunidad judía denunció que el musical trasmitía un mensaje antisemita al culpabilizar al pueblo hebreo de la muerte de JESÚS y presentar a tres personajes judíos, CAIFÁS, ANÁS y HERODES, como villanos principales de la función) y la injusticia social. Pero considera que debe hacerse con contundencia, no con la aparente pasividad de su ídolo que se limita a impartir charlas, a defender el amor y la paz como únicas armas. Su impaciencia le hará caer en la trampa urdida por sus enemigos. El mensaje es el mismo (más humanizado y menos deificado), pero lo que parece más molestó, según lo que se manifestó y se escribió, era la puesta en escena, demasiado moderna y provocadora para muchos. Se escribieron cosas tan agresivas (y vergonzosas desde un punto de vista cristiano) como éstas: “Jesucristo Nuestro Señor en la escena, centro de un ballet lujurioso, un hippie desarrapado, manoseado por una prostituta, un subversivo socialista, un apóstol del pacifismo marxista, negado en su divinidad y en su resurrección, juzgado y condenado por Judas. El cristiano que calle ante todo esto no tiene fe ni vergüenza. El español, hijo de católicos, que no proteste, es un malnacido”. Creo que no merece la pena el más mínimo comentario.
Seguramente tampoco gustó demasiado el simbolismo irónico presente en toda la obra, como la mezcla de lanzas con carros de combate y metralletas, postales y gafas de sol de los mercadillos vendiéndose a las puertas del templo, detalles que enlazan antigua y nueva sociedad, rompiendo las barreras del tiempo; o que no parezca la VIRGEN MARÍA y sí MARÍA MAGDALENA; o comprobar finalmente que, cuando la troupe de actores y bailarines tras desmontar el escenario de su actuación se suban a su autocar, no esté JESÚS, que esté definitivamente muerto y no resucitado. Pero es que en la sociedad que viven (la de los años setenta), no se encontraba demasiado sentido a una resurrección, no merecía la pena porque el ser humano no tiene posibilidad de redención alguna (imagínense en la actualidad, en el desastre amoral y salvaje de mundo en guerra en que estamos).
En cualquier caso, desde un punto de vista cinematográfico, una auténtica gozada visual, musical y escenográfica, mucho más interesante que el tostón plano y carente de toda emoción, de casi cuatro horas (fue una miniserie de televisión que se estrenó en salas comerciales dividida en dos partes) que también en unos años después (1977) nos planteó el director italiano FRANCO ZEFIRELLI, del que hablaremos en otra ocasión.
De nuevo en Valladolid
Al
año siguiente, el VISTARAMA vuelve a programarla entre el 12 y el
18 de junio de 1976. La siguiente ocasión en que se vio en nuestra ciudad sería
en cines de restreno, concretamente el MODERNO CINE LA RUBIA la
programa entre el 2 y el 8 de agosto de 1979, cogiendo seguidamente el testigo el
CINE EMBAJADORES del 10 al 14 del mismo mes y del mismo año 1979.
Al año siguiente el CINE MATALLANA la emite en programa doble
junto a Pánico en el estadio (Two-Minute
Warning, Larry Peerce, EE. UU., 1976) entre el 4 y el 10 de enero. La
siguiente ocasión fue la que yo presencié de nuevo en el CINE VISTARAMA,
entre el 23 de julio y el 5 de agosto de 1983. Volvería a LA RUBIA
en marzo de 1987 desapareciendo definitivamente después de las programaciones
comerciales. Hasta el 27 de marzo del año 2023 que el CINECLUB CASABLANCA
volvió a emitirla en la sala 5 de los CINES BROADWAY, con motivo
del 50 aniversario de su estreno, en dos sesiones, a las 17:30 y a las 20:30.
Fue la sesión 190 del Cineclub, y allí pudimos comprobar, en pantalla
grande, que lejos de haber envejecido, sigue manteniendo la misma fuerza y
actualidad de hace cincuenta años. Sin embargo, el subtitulado, en determinados
momentos sigue dejando bastante que desear (sigo recordando perfectamente las
letras de las canciones; de hecho escucho el CD con alguna frecuencia), imagino
que es el mismo de antaño.
El musical español
La versión española del musical se estrenó el 6 de noviembre de 1975, en el TEATRO ALCALÁ PALACE de Madrid, con CAMILO SESTO como protagonista, dos semanas antes del fallecimiento del General FRANCO. Recientemente, ATRESPLAYER ha emitido la serie Camilo Susperstar, de cuatro episodios, en la que se describen las vicisitudes que el cantante, en pleno cénit de su carrera, sufrió para poder poner el musical en marcha. Lo había visto en Londres y le gustó tanto que se emperró en traerlo a nuestro país, arriesgando su patrimonio, enfrentándose a su representante, a su empresa discográfica, a la censura y sufriendo amenazas y sabotajes de algunos movimientos ultracatólicos.
La obra se representó en más de 40 países, es una de las obras musicales más veces puesta en escena de todos los tiempos, estando en cartel aún en alguno.
JUDAS en Valladolid
El actor llegó a las seis de la tarde del mismo sábado a Valladolid con sus músicos, pero por motivos desconocidos, su equipaje y los instrumentos musicales no se descargaron y siguieron viaje en tren hasta VENTA DE BAÑOS. Afortunadamente, allí se desembarcaron estando a tiempo para que a las 9.30 pudieran ofrecer el primer pase de su espectáculo. Nos podemos imaginar la inquietud de los protagonistas en aquella época, sin teléfonos móviles ni medios de transporte como los actuales.
La crónica escrita por MARIBEL RODICIO en EL NORTE lo describe como un tipo simpático, grandote y para nada divo. Sonriente, atendiendo a todo el mundo, firmando autógrafos sin parar y chapurreando apenas media docena de palabras en castellano. En la entrevista indica que en realidad el estudió psicología infantil, hasta que sin apenas darse cuenta lo seleccionaron para cantar y bailar en la película. En aquel momento se encontraba rodando su segunda película La perla negra (The Black Pearl, Saul Swimmer, EE. UU./España, 1977), una coproducción con nuestro país interpretada por los argentinos CARLOS ESTRADA, PERLA CRISTAL y JORGE RIGAUD, y los españoles ALDO SAMBRELL, RICARDO PALACIOS y EMILIO RODRÍGUEZ, entre otros.
CARL ANDERSON falleció en febrero de 2004 con sólo 58 años como consecuencia de la leucemia. Representó el papel que le hizo famoso más de 1200 veces a lo largo de su carrera. Intentó abandonar el personaje en varias ocasiones (aparte de la película citada, apareció en otro par de ellas), pero como el resto de sus compañeros, no lo logró.
Algunas curiosidades más
Existen muchísimas anécdotas, curiosidades y datos sobre el rodaje de esta película más allá de los ya comentados. Recordemos un par de ellos por su singularidad, al menos desde mi punto de vista.
Inicialmente se pensó en el cantante
DAVID CASSIDY (1950 – 2017) para el papel de Jesús, ídolo juvenil de aquellos años (en la imagen), pero éste lo rechazó. JOHN
TRAVOLTA, con 17 años, se ofreció
al papel, pero fue rechazado
(obviamente, desde mi punto de vista, aunque le sirvió para que el productor lo
conociera y le diera el papel protagonista en su siguiente producción, Fiebre
del sábado noche). Finalmente, un desconocido TED NEELY
se hizo con el papel, que convenció al director de la película nada más verlo y
escucharlo. Borda el papel desde luego, si bien, bajo mi punto de vista, no da
la talla físicamente, ya que es, con mucha diferencia muy bajito respecto a cualquiera
de los demás intérpretes y bailarines. Por ello la cámara suele rodarle desde
un plano por debajo de la cintura cuando está con el resto, para aminorar esa
carencia.
Como le pasó a CARL ANDERSON, con un único papel TED NEELEY ha resuelto toda su vida interpretando a Jesús. A principios de 2022, ha contabilizado 50 años haciéndolo. En septiembre de 2016, NEELEY celebró su 73 cumpleaños, lo que significa que lleva cuatro décadas más que Jesús (que como indica la tradición, murió a los 33 años). En 2021 ha producido el documental Superstars: The Extended Version (Frank Munoz, EE. UU., 2021), con un montón de material inédito del rodaje de la película y entrevistas a los protagonistas en la actualidad. En la imagen, TED NEELEY, el director NORMAN JEWISON (que ha falleció en enero de este año 2024) e YVONNE ELLIMAN (María Magdalena en la película).
En este documental (no estrenado ni disponible en España), el director NORMAN JEWISON y otros admiten que Jesucristo Superstar estuvo fuertemente influenciado por la ópera rock Tommy de THE WHO (1969; después se rodaría también una película en 1975), que también se centra en el ascenso y caída de un personaje tipo mesías. Irónicamente, TED NEELEY la estaba interpretando en 1972 (era el personaje principal) cuando JEWISON lo eligió para Jesucristo Superstar. También irónicamente, en el número final de la película con la canción Superstar, Judas ya en el paraíso, viste una camisa blanca con el pecho abierto, y borlas blancas tipo Las Vegas colgando de su camisa con pantalones acampanados, un cinturón enorme y un medallón. Exactamente el mismo atuendo que ROGER DALTRY en la interpretación de los temas de Tommy en el concierto de Woodstock.
Por cierto, NEELEY conoció durante el rodaje de Jesucristo Superstar a su futura (y aún actual) esposa: es una de las bailarinas de la película. Con lo que la película no sólo le resolvió su vida profesional, sino también la personal.
Como comentario final, decir que el Papa PABLO VI (no precisamente un liberal) visionó la película en privado con el director antes de su estreno, y manifestó su agrado, además de señalar que era un excelente medio de acercar la figura de Jesús a los jóvenes. Sin embargo, el Vaticano no daría su aprobación oficial a la película hasta el año 2000. Lo de siempre: hay muchos más papistas que el Papa real.
Muchas gracias SANTIAGO, por descubrirnos esta magnífica ópera rock, plenamente vigente, desgraciadamente, aún hoy en día.
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