038.- El bueno, el feo y el malo (II) (Año 2016)

 


            En la anterior reseña sobre esta película, me quedé de camino a la localidad de Salas de los Infantes (Burgos) donde se estaba celebrando el 50 Aniversario del rodaje de la película, organizado por la ASOCIACIÓN CULTURAL SAD HILL. Sobre las seis de la tarde estaba prevista la recepción oficial de asistentes y la entrega de la documentación en la entrada del Teatro Auditorio Gran Casino. Los días previos se había proyectado la versión restaurada y extendida de la película e inaugurado una exposición con bocetos y diseños originales del vestuario y puesta en escena del arquitecto y director artístico CARLO SIMI (1924 – 2000), cedidos por su esposa e hija. Ambas, junto a un crítico de cine italiano hicieron una presentación el día anterior a mi llegada que obviamente me perdí, aunque después he podido verla en internet. Ese viernes, después de registrarme en el hotel y recoger la citada documentación, recorrí la exposición, y empecé a percatarme de lo poco que conocía en realidad sobre los detalles, la intrahistoria de la película, lo que LEONE quería plasmar. Por supuesto recordaba perfectamente el argumento, pero en seguida descubrí que, más allá del típico spaghetti western que todo el mundo ve, hay mucha más información necesaria para entender bien lo que sucede en la pantalla, lo que el director ha pretendido transmitir. Además de encontrarme un poco abrumado por esta circunstancia que se deduce simplemente observando con atención la exposición y sus explicaciones, sin conocer a nadie, tampoco era plan andar tratando de acercarme a la “gente importante”, en plan freakie, no fuera a dejar patente mi ignorancia.

            En la imagen, uno de los dibujos originales de CARLO LEVA, ayudante de CARLO SIMI, con el diseño del cementerio de SAD HILL. Un círculo central, como un circo romano, el ruedo de la vida, donde los espectadores en esta ocasión son los muertos que los rodean.

            Sin apenas tiempo para nada, comienza a las ocho de la tarde una conferencia sobre el director de la película: Sergio Leone: el hombre, el rito, la muerte, a cargo de CARLOS AGUILAR. Confieso que en ese momento no recordaba que era precisamente el autor del libro sobre LEONE que yo había leído años atrás, aunque su nombre me quería sonar de algo. Eso sí, su charla me pareció espectacular, fascinante su visión y la forma de relacionar los tres aspectos del título en la filmografía del realizador. Por supuesto, se me hizo súper breve, y continué maldiciendo el haberme presentado allí sin leer ni recordar el más mínimo dato (pero recordemos las fechas: junio; los últimos coletazos del curso académico que siempre van a la carrera, momentos en los que no hay tiempo para otra cosa que tutorías aclarando las dudas que no se han molestado en resolver en todo un trimestre, elaboración y corrección de exámenes, publicación de calificaciones, revisión de exámenes, etc.).

            A renglón seguido nos desplazamos a los jardines del Palacio de Cultura de Salas de los Infantes, en los que se nos obsequió con un vino español. Como suele ser habitual en estas circunstancias, se forman grupos entre las personas conocidas, mientras que los que van por libre, como era mi caso, te vas acercando a una y otra mesa, picando aquí y allá. Entonces se me acercó otro de los inscritos, presentándose muy amablemente. Se trataba de ÓSCAR SALAZAR, melómano apasionado, que entre sus ocupaciones destacan ser corresponsal en España de la revista SOUNDTRACK!, la publicación de numerosas crónicas de conciertos en la web BSOSpirit y en el weblog ASTURSCORE y colaborador habitual en el Hoy por Hoy Bilbao de la Cadena SER, con una sección dedicada, obviamente, a la música de cine. Allí también conocí a LUIS FELIPE CARRETERO, experto en marketing y publicidad. Gracias a ÓSCAR y LUIS, disfruté aún más del evento, además de por sus conocimientos, por no andar deambulando solo, por presentarme a expertos como el anteriormente mencionado CARLOS AGUILAR y su pareja ANITA HAAS, y facilitarme el acercamiento a muchos otros invitados. Al final, hicimos amistad un grupo apreciable de amantes del western que aún mantenemos contacto gracias a Whatsapp. Pasado un rato, la banda de música local ALFOZ DE LARA interpretó temas de la banda sonora de la película junto a otras composiciones de ENNIO MORRICONE. Mal lo pasaron en un momento dado, aguantando el tipo sin descentrarse ante unas inoportunas e inesperadas ráfagas de viento que hacía volar las partituras y tirar al suelo los frágiles atriles desmontables de aluminio que llevaban consigo. Llegada la noche, tocaba recogerse, porque el programa del día siguiente estaba repleto de actividades a cual más interesante.

            La primera era una visita al CEMENTERIO DE SAD HILL en el Valle de Mirandilla, en el término municipal de Santo Domingo de Silos, en el que iba a tener lugar la inauguración oficial de su restauración, con un montón de actos que no describo por no alargar innecesariamente la reseña. Supongo que a estas alturas todo el mundo sabe que en este lugar tuvo lugar el célebre y mítico desenlace de la película, con los tres protagonistas enfrentados para localizar el botín oculto en una de las tumbas. Y había que estar atento porque no había autocares suficientes para todos los inscritos al Simposio.

            La impresión que se tiene al acceder al lugar es realmente impactante, porque llegados al último lugar habitado del pueblo de Contreras, sin carretera alguna por la que seguir, nos adentramos por una pista de tierra por donde apenas cabe el autocar que nos traslada, y el desnivel a un lado va aumentando. Enseguida uno piensa cómo estaría el lugar en 1966 si en 2016 estaba así. Después de un buen rato de subida (básicamente porque íbamos bastante despacio), llegamos a un impresionante valle donde aparcamos. Una valla de alambre de espino cerca el lugar por el que pasamos (hay ganado pastando por la zona) hacia el reconstruido cementerio de SAD HILL, donde se filmó el espléndido desenlace de la película. Muchísima gente por el lugar (no en vano se iba a proceder a la inauguración oficial de la reconstrucción del cementerio, con representación de autoridades, descubrimiento de placas conmemorativas, etc.). Algunos buscando la tumba que han apadrinado, otros mirando el mejor encuadre de la foto tal y como aparecen los personajes en la película, o colgándose del árbol seco en el que El Bueno deja al Feo, o metiéndose en la tumba en la que El Malo termina, ...., en fin todo el mundo entretenido por el lugar, saludándose, charlando.

           En un momento dado, se nos acercó un simpático italiano repartiendo fotografías suyas que iba firmando con una rapidez increíble (en la imagen, la que me regaló y firmó para mi). Era EUGENIO ALABISO, uno de los montadores de la película (también de La muerte tenía un precio), con más de 180 películas a sus espaldas, entre 1962 y 2008, entre ellas muchos célebres spaghetti westerns, películas de TERENCE HILL y BUD SPENCER, de varias de aquellas populares comedias eróticas italianas, de las de la serie de Jaimito (ÁLVARO VITALI), etc., obviamente con un montón de curiosidades y anécdotas que contar de todos esos rodajes, de actrices, actores, directores,… que además le salían sin ningún esfuerzo. Todo esto lo descubrí más tarde, con lo que fue una nueva ocasión perdida para preguntarle sobre películas que yo había visto en mis incontables sesiones continuas.

            Para terminar la mañana, LUIS, que había ido en coche propio, nos propone acercarnos en un momento al lugar desde el que se rodó la última escena de la película, esa fantástica panorámica en la que CLINT EASTWOOD se aleja a caballo empequeñeciéndose en el agreste paisaje burgalés. Luego supimos que el director trató de rodar esa escena desde un helicóptero, pero tuvo que desistir porque era imposible estabilizar la cámara adecuadamente. Doy fe del viento que sopla en la zona, al menos cuando yo estuve, lo había. ¡¡Qué lástima no haber dispuesto de los drones actuales!! Y la vista desde aquel lugar es realmente increíble. Son muchas las ocasiones en las que he comprobado cómo nos engaña la cámara en el cine, haciendo espectaculares sitios que no lo son. En este caso, y créanme que no exagero nada, es el único caso que he conocido en el que si en la película el paisaje es magnífico, no le hace para nada justicia a lo que se aprecia en el sitio real. Es que no hay lente que capte todo lo que el ojo es capaz de vislumbrar desde esa altura. Dejo una de las innumerables fotos en las que pretendí hacerlo, pero como digo, inútilmente.

           

            Después de la comida en el restaurante del hotel donde me alojaba (cerca de doscientos comensales), nos aguardaba una intensa tarde de conferencias. La primera del neozelandés PETER J. HANLEY, especialista en los detalles del rodaje de la película y autor del libro cuya portada podéis ver en la imagen adjunta y que presentaba en esta charla. Es un libro notable tanto por su extensión (cerca de 400 páginas), sus imágenes (muchas fotografías inéditas), como por explicar con muchos datos contrastados y documentados el significado y razón de gran parte de lo que aparece en la película. De ahí el título de la charla que impartió, idéntica al título del libro: Detrás de las escenas de El Bueno, el Feo y el Malo de Sergio Leone. Lo hizo en inglés, con una traducción simultánea “un tanto particular” a cargo de dos personas de la organización (en su descargo diremos que ciertamente cuando los ponentes cogían carrerilla, no paraban, que el acento de algunos era bastante particular, y que traducir en directo no es fácil para no profesionales).

            Apoyado en una precisa selección de fotografías tanto del rodaje, de la película, actuales e históricas, centró su charla en dos de los once capítulos de que consta su libro: el primero, comparando las batallas reales de la Guerra Civil norteamericana con lo que se plasma en la película, y el último mostrando las localizaciones exactas del rodaje (las conocidas, porque alguna queda por determinar con precisión). Es impresionante la meticulosidad que tuvo SERGIO LEONE a la hora de recrear no sólo hechos históricos, sino la fiel reproducción de objetos de la época. Esto lo ha podido comprobar HANLEY gracias a que en algunas fotografías de producción, aparece LEONE dando  indicaciones teniendo en la mano libros concretos de fotografías reales de la Guerra Civil, concretamente de MATHEW B. BRADY (1822 – 1896) y de ALEXANDER GARDNER(1821 – 1882). Se reprodujeron con exactitud billetes confederados, revólveres y rifles, cañones, cabañas, chimeneas, estufas, hasta los carteles de la época con que el ejército hacía desfilar a los ladrones de heridos y muertos como escarmiento, como vemos en la imagen comparativa. En la segunda parte nos mostró las ubicaciones geográficas tal como son hoy en día (más de una veintena repartidas entre Almería, Granada, Madrid y Burgos) comparándolas con escenas de la película. También indicó algunas escenas rodadas pero no incluidas en el metraje final de las que se tiene constancia por fotografías incluidas en el libro.

            Un detalle que puede resultar curioso es que PETER J. HANLEY es biólogo, profesor en el Instituto de Biología Celular de la Universidad de Münster (Alemania), nada que ver con el mundo del cine. Sin embargo, ha dedicado 15 años a documentarse e investigar sobre su gran pasión: El bueno, el feo y el malo.

            A las ocho de la tarde llegaba uno de los platos fuertes del simposio, la conferencia magistral Once upon a time in Spain... , a cargo de Sir CHRISTOPHER FRAYLING (biógrafo oficial de SERGIO LEONE, rector del Royal College of Art de Londres, escritor, estudioso de temas de cultura popular, en áreas como la literatura, la historia o el cine, y realizador de numerosos documentales en radio y televisión, entre otros muchos méritos profesionales). Es el señor con quien aparezco en la imagen en el Cementerio de Sad Hill.

 

CONTINUARÁ ....

(Publicado el  18 - 01 - 2023)

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