040.- La primera vez que fui al Moderno Cine La Rubia (Año 1977)


            Si la reseña pasada hablaba de la primera vez que recuerdo haber ido solo a un cine que no fuera el de debajo de mi casa, en un par de semanas la “excursión” fue mayor (tenía solo 12 años), eso sí, con un compañero del colegio: al Moderno Cine LA RUBIA. Por supuesto, mis padres no lo sabían (una de aquellas travesuras que se hacen con esa edad, y en unos años en el que los niños no estábamos tan controlados como ahora; en efecto, fue una inconsciencia) porque evidentemente no nos hubieran dejado. Era el domingo 8 de mayo de 1977.

            No recuerdo el trayecto hasta allí (imagino que por el Paseo de Farnesio y la Carretera de la Esperanza; ese recorrido nos era familiar puesto que para ir al viejo Estadio José Zorrilla a ver algún partido o a las ferias de La Rubia, era el que utilizaban nuestros padres), pero sí que tuvimos que correr, y aun así, la sesión ya había comenzado. La decisión de ir a ver Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina (The Three Musketeers, Richard Lester, EE. UU./España, 1973) fue totalmente de mi amigo, y su justificación (lo recuerdo perfectamente), era que actuaba RAQUEL WELCH. Yo en aquel momento no tenía mucha idea de quien era tal actriz ni porque era tan apreciada por mi compañero. No obstante la escapada mereció la pena pues las dos películas del programa doble me resultaron bastante entretenidas.

            A pesar de ello, es muy probable que no entendiera demasiado bien algunos aspectos de esta versión de la obra de ALEJANDRO DUMAS. Es divertida, desmitificadora, la trama es entendible incluso para un niño de doce años, pero vista posteriormente con más edad, se aprecian segundas intenciones y lecturas en muchos personajes. Tiempo después, no mucho (ya hablaré de ello en su momento) completé la historia con la segunda parte, también en pantalla grande (en cambio, la siguiente secuela, El regreso de los mosqueteros (The Return of the Musketeers, Richard Lester, Reino Unido/Francia/España, 1989), bastante inferior a pesar de contar con muchos de los intérpretes y del equipo técnico de la primera película, ya la vi en DVD).

           Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina es una película peculiar por diferentes motivos. Además de su intento de actualizar la historia (objetivo que se repite cada cierto tiempo ya que hay muchas versiones cinematográficas, de diferentes nacionalidades y épocas; seguramente a los lectores les venga a la cabeza la versión DISNEY de 1993, con los guaperas del momento en sus papeles principales, aunque se recuerde más la célebre melodía de BRYAN ADAMS que servía de publicidad a la propia película; en el actual 2023 se va a estrenar una enésima versión de la novela, dividida también en dos partes, en este caso de nacionalidad francesa), los productores MICHAEL, ALEXANDER e ILYA SALKIND (padre, hijo y nieto, respectivamente) deciden “tirar la casa por la ventana” y plantear una superproducción con un montón de estrellas internacionales, un reconocido equipo técnico y rodar en escenarios naturales, nada de estudios ni replicas ni trucajes fotográficos de palacios y paisajes. No obstante, tontos no eran: Versalles y Francia eran muy caros, y Aranjuez, La Granja de San Ildefonso y España eran mucho más asequibles, el tiempo mejor y el pego le dan igual. De modo que, entre junio y octubre de 1973, un verdadero ejército de técnicos y actores (“el más importante lote de astros y estrellas de primerísima fila que han pasado por aquí hace mucho tiempo”, decía la prensa escrita), anduvieron recorriendo más de cincuenta localizaciones diferentes y cien decorados repartidos por toda España. Solo unas breves tomas de interiores se realizaron en los estudios Twickenham en Middlesex, Inglaterra.

            A pesar de ello, los productores trataron de llevar su trabajo en el más sigiloso secretismo, lo que enfadó mucho a la prensa, tanto española, como a los enviados de otros países. No se permitió el acceso a los sets de rodaje a nadie que no estuviera directamente relacionado con la película, y no se permitieron entrevistas ni declaraciones de nadie sin el visto bueno previo de los productores. La justificación fue la preocupación por el posible robo de ideas, ya que en ese momento se estaban produciendo también otras cuatro adaptaciones del libro de DUMAS (dos italianas, una francesa y otra de animación). Y el director, RICHARD LESTER, que conocía perfectamente el tema (recordemos que ya había rodado dos películas con THE BEATLES, y a buen seguro tuvo que extremar con ellos las medidas de seguridad, y en España también, Golfus de Roma, entre otras), no quería bajo ningún concepto filtración alguna, habida cuenta de que, como en su filmografía anterior, pretendía “sorprender” al público con su adaptación.  No obstante, algún que otro actor, mantuvo entretenidos a los periodistas con sus bromas y comportamientos (por supuesto me refiero a OLIVER REED, Athos en la película, actor con una larga carrera de borracheras y otras salidas de tono, que en algún momento casi visita algún calabozo, y no precisamente ficticio, sino muy real).

              Entre otras muchas curiosidades sobre el rodaje, son destacables el gran número de “accidentes” y lesiones por parte de actores, especialistas y figurantes. Hay muchas escenas de acción, piruetas, peleas, combates, etc., y como comenta MICHAEL YORK (D’Artagnan) en su autobiografía, hubo un momento en que tuvo que reemplazar a su propio doble porque éste se encontraba lesionado. No hubo protagonista, incluyendo las femeninas, que no tuviera algún “estropicio” en algún momento. Uno de los que menos fueron lastimados fue Sir CHRISTOPHER LEE (Rochefort, en la imagen), que solo registró un esguince de rodilla y un tirón en el hombro. En ningún lugar de la novela se indica que luciera un parche en un ojo, y sin embargo, tras esta película, muchas caracterizaciones lo representan así. También lo pasaron mal con el calor: ese verano fue especialmente caluroso (gran parte del rodaje se realizó en ciudades del interior, Segovia, Madrid, Toledo; sólo un par de escenas se tomaron en Denia y fueron en octubre) alcanzando más de 40ºC varios días. Cierto o no, hay referencias de que en el rodaje de una elaborada escena que llevó mucho tiempo uno de esos días, el equipo consumió ¡¡¡siete mil botellas de agua!!!

            Otro de los afortunados sin lesiones fue CHARLTON HESTON (Cardenal Richelieu), cuya estancia en nuestro país en esta ocasión fue de apenas quince días. El actor, que había rodado varias películas en nuestro país y siempre se sintió muy bien tratado (volvería en muchas más ocasiones) estaba en esta ocasión pendiente de la salud de su esposa en los Estados Unidos que acababa de ser operada del tiroides. El director le había ofrecido interpretar al mosquetero Athos, pero HESTON, por la razón expuesta, no quería comprometerse con un papel principal que lo mantuviera alejado tanto tiempo, pero accedió a desempeñar un papel menor porque le gustó el guion. Se le ofreció elegir entre interpretar al duque de Buckingham o al cardenal Richelieu, y HESTON se decidió por este último, a pesar de que rompía en cierta medida con su imagen “heroica”. En reseñas pasadas he comentado lo que me gustaban las películas interpretadas por este actor. Fue una sorpresa encontrármelo en ésta, si bien su aparición me resultó, como he dicho, escasa, aunque ciertamente relevante (HESTON y CHRISTOPHER LEE son los únicos que parecen tomarse en serio el argumento, porque el resto es todo cachondeo y diversión, fieles al espíritu LESTER. ¿Saben que en principio el director había propuesto como mosqueteros a los BEATLES? La idea se desestimó por que se pensó que los cuatro de Liverpool hubieran eclipsado completamente el argumento de la novela).

            Independientemente de su valía, la película ha pasado a la historia por la decisión que tomaron los productores al terminar el rodaje. En la sala de montaje, se percataron de que la duración total pasaba de las cuatro horas. Ni cortos ni perezosos decidieron dividir la película en dos partes, y con una estrategia comercial clara: estrenar la primera parte dejando la segunda para un año después. Cuando los actores lo vieron, instaron al Sindicato de Actores a denunciar la situación: en su contrato se decía que rodarían una película y como tal fueron sus salarios; si se estrenaban dos películas diferentes, deberían cobrar como tales. Se llevó a los tribunales la denuncia y éstos fallaron a favor de los actores. Sin embargo, la indemnización que recibieron fue mucho menor que los beneficios que la segunda película recaudó, saliéndoles a los productores la jugada redonda. Desde entonces, el contrato que firman los actores para cualquier producción cinematográfica incluye la conocida como CLAUSULA SALKIND que requiere que se debe indicar claramente cuántas películas se están filmando, y que los actores y actrices involucrados deben ser pagados por cada una. Esta cláusula se aplica incluso, si los productores toman esa decisión durante o después de la producción.

            Por supuesto, al final de esta primera parte, se incluye una avanzadilla de la segunda, a modo de tráiler, dejando claro que las aventuras de D’Artagnan y sus compañeros no han finalizado. Hablaremos otro día de esa segunda parte, bastante distinta de ésta.

            El país en el que se hizo el estreno mundial fue Francia el 11 de diciembre de 1973. Después se estrena en Madrid el 20 de diciembre de 1973 (un día después en Barcelona), en la sala PROYECCIONES CINERAMA, en la calle Fuencarral (Se inauguró en 1932 como CINE PROYECCIONES, pero en 1964 se reformó para poder proyectar en este sistema, pasando a tener este nombre; en la actualidad es un multicine de 8 salas). En Valladolid, el estreno se anunció también para el mismo día que en Madrid, en el TEATRO CALDERÓN, con un anuncio espectacular en la prensa local, pero finalmente no se vería en ningún lado hasta el sábado 22 ya que ese día se produjo el mortal atentado contra el almirante y presidente del gobierno español Luis CARRERO BLANCO, y se decretaron tres días de luto nacional suspendiéndose todos los espectáculos públicos y actos prenavideños anunciados en esos días. Casualmente en el CINE AVENIDA ese 20 de diciembre se iba a estrenar La selva blanca, de la que ya hablamos en una reseña pasada. Precisamente a ese cine pasarían Los tres mosqueteros: Los diamantes de la reina el sábado 29 porque en CALDERÓN se estrenaba ese día 007: Vive y deja morir. Y en AVENIDA sólo se mantuvo hasta el viernes 4 de enero de 1974 (ya comentamos también en otra reseña que AVENIDA solía programar películas de animación DISNEY durante las fiestas navideñas aprovechando las vacaciones escolares). Así pues, catorce días duraron los mosqueteros de los SALKIND en su estreno en Valladolid, aunque durante años recorrieron después las sesiones continuas de los cines de barrio. No creo que sea casual (demasiada coincidencia, me parece), el cine LA RUBIA ponía Los tres mosqueteros (The Three Musketeers, George Sidney, EE. UU., 1948) (la versión de GENE KELLY y LANA TURNER) esa semana del 20 de diciembre, y el CINE DELICIAS Los tres mosqueteros (Miguel M. Delgado, Méjico, 1942) (la versión de CANTINFLAS). Es decir, en la misma semana, un cinéfilo freakie de la obra de ALEJANDRO DUMAS, podría haber disfrutado de tres películas diferentes en la misma semana.

En EE. UU. la película de LESTER no se estrenó hasta el 28 de marzo de 1974, tres meses más tarde que en España.

La Atlántida

            La segunda película de aquella tarde de mayo de 1977 era El continente perdido (Atlantis, the Lost Continent, George Pal, EE. UU., 1961), que al contrario que la anterior, no he vuelto a ver nunca, pero la recuerdo bastante bien, por lo cutre y simple que me resultó. Cutre porque la mayor parte de las escenas de acción (erupción del volcán, incendio de la ciudad, carreras despavoridas de la gente, embarque en barcos, etc.) se notan descaradamente que son maquetas, y muchas, descartes de otras películas. Y simple porque el argumento es el típico. Muchos peplum italo-españoles de bajo presupuesto a cuestas tenía ya (los programas dobles abundaban en aquellos años de productos de serie Z, con Hércules, Maciste, Amazonas, y demás héroes mitológicos).

Festival de Eurovisión

La noche anterior, la del sábado 7 de mayo de 1977, había sido la del XXII Festival de la Canción Europea. Aquellos años el certamen era todo un acontecimiento, y se seguía con interés (sobre todo las votaciones) a través de la televisión. España participaba con MICKY y una pegadiza canción, Enséñame a cantar, que quedó en noveno lugar. La vencedora fue la canción francesa L'oiseau et l'enfant (El pájaro y el niño) interpretada por la cantante MARIE MYRIAM, una típica canción eurovisiva que seguro reconoceréis al acceder al enlace, ya que fue muy popular, grabándose versiones en muchos idiomas, incluido el español. Es uno de los temas más vendidos de la historia en Francia, y la última vez que han ganado el Festival. Por su parte, la cantante sigue en activo a sus 65 años, y suele presentar el Festival para los telespectadores galos.

La televisión la tarde del sábado de aquellos años estaba entre las más vistas (tampoco había demasiados entretenimientos más): antes de las películas de SESIÓN DE TARDE, MARCO, la serie japonesa que programaron después del boom de HEIDI, y después, EL CIRCO DE TVE, con los célebres GABY, FOFÓ, MILIKY y FOFITO.

El domingo solían retransmitir a las ocho de la tarde un partido de fútbol de la liga española, antes de dar paso a las noticias, en aquel mes de mayo continuaba con un reportaje/resumen de la etapa del día de la VUELTA CICLISTA A ESPAÑA, y de noche, un capítulo de CURRO JIMÉNEZ (que no solían dejarnos ver porque empezaba a las 22:30, acababa sobre las doce menos cuarto de la noche, y al día siguiente era día de escuela; ¿en qué pensaban los programadores de entonces?). Y ya de madrugada ESTUDIO ESTADIO, con la crónica de la jornada futbolística. En aquel momento las imágenes de los partidos de fútbol se grababan en formato cine (aún no estaba el Video), y los sufridos cámaras debían revelar el contenido, montarlo y mandarlo a Madrid a TVE. En más de una ocasión, algo salía mal o las carreteras se encontraban en malas condiciones, y la gente se quedaba con las ganas. Parece la descripción de una situación mesozoica, pero tampoco han pasado tantos años,... ¿o si?

(Publicado el 21 - 02 - 2023)

Comentarios

Entradas populares de este blog

050.- Mi única visita al Cine Alameda (Año 1978)

052.- Los grandes cines de Valladolid.- Cine Avenida (1957 - 1976)

051.- Jesucristo Súperstar, otra primicia en Valladolid (Años 1974, 1983 y 2023)

060.- El coliseo vallisoletano más antiguo

012.- La desaparición del Teatro Pradera (1904 - 1968)

057.- Un minicine en Valladolid (1984, 2024)

049.- Nieve, supervivencia y humanidad (Años 1977 y 2023)

011.- Teatro Cine-Hispania y una sesión de principios de siglo (Año 1919)

064.- Ben Hur (Años 1961, 1980, 1982)

028.- Recordando a Ágata (Años 1977 y 2021)