059.- El verano detenido y algunos apuntes cinematográficos (Años 1931 y 2024)
El domingo 10 de noviembre me acerqué al encuentro que Mª JOSÉ VELLOSO MATA y LUIS POSADAS LUBEIRO habían convocado en la cafetería Patton de nuestra ciudad para hacerme con un ejemplar de su último libro El verano detenido. Crónica visual de la Guerra Civil en Valladolid, un voluminoso ejemplar con fotografías y relatos en torno al conflicto bélico que sufrieron nuestros abuelos y padres que marcaron para siempre sus vidas y seguramente parte de las nuestras.
En sus cerca de 900 imágenes, nos encontramos diferentes tipos de documentos (carteles, cartas, anuncios, portadas de libros de la época, documentos oficiales y comerciales, propaganda de las distintas tendencias políticas, etc.) y fotografías, inéditas en su mayoría, de escenas cotidianas, familiares, que muestran momentos de las vidas de sus protagonistas, con el marco de nuestra ciudad como testigo de esos aconteceres, repartidos en cinco apartados: los inicios (con fotografías de años anteriores a 1936), República, Guerra Civil y Posguerra, El italiano que se enamoró de Valladolid y La magia de los objetos. Algunas son realmente impactantes, como el simulacro de fusilamiento en la Academia de Caballería o la correspondencia entre familiares solicitando avales para poder salir de un campo de prisioneros.
Muchos de sus lectores no habrán conocido aquel tiempo, aunque sí habremos tenido noticia de algunos sucesos ocurridos en la ciudad, en el país, en las familias, transmitidos de padres a hijos revirados por el paso del tiempo. O habremos visto documentales, vestigios históricos del sufrimiento que conlleva una guerra entre compatriotas, las peores de todas según todos los testimonios de los que han padecido alguna. A diferencia de otros libros, aquí aparecen en nuestras calles, al lado de los monumentos por los que paseamos cada día, sin pararnos a pensar que sucedió y cuanto se sufrió. En cada instantánea, con la inestimable ayuda de una lupa, al menos en mi caso, podemos rastrear, investigar e imaginar muchas de las historias que nos recrean los textos. Y objetos de manejo cotidiano, con escritos a veces impactantes, encabezados por un emotivo prólogo de ANDRÉS TRAPIELLO. No es desde luego sencillo haber recopilado y publicado todo ese material. Las palabras no hacen justicia. Hay que verlo, y disfrutarlo (o sufrirlo, dependiendo de la experiencia que cada familia haya tenido). E importante, si tenéis familiares aún vivos y con buena cabeza (y ganas de recordar, que a veces no), preguntadles sobre esas imágenes, porque los detalles, la información que tienen, se va a perder irremediable y tristemente si no nos la cuentan.
En la línea de las anteriores publicaciones de sus autores, uno de los objetivos del libro es la evocación, y también la reflexión, buscando recuerdos y sentimientos que puedan aflorar en aquellos que lo contemplan. Un magnífico trabajo que nos permite además aprender e investigar sobre un pasado no demasiado lejano.
Como este blog es sobre cine, particularmente sobre aquellas salas que existieron en nuestra ciudad que los nuevos usos y modas han hecho desaparecer para siempre, me voy a tomar la libertad, a pesar de no ser lo más importante frente al dramatismo de una guerra, de comentar las imágenes del libro que a este respecto me han llamado la atención. Son magníficos los documentos de la época de salas de proyección, como un modelo de carta con el membrete del CINE HISPANIA, una entrada muy bien conservada del CINE CLUB del SEU o una invitación del CINE CULTURAL LUISES. Todos sabemos en la actualidad de la importancia que la publicidad tiene a la hora de promocionar cualquier cosa. En épocas en que la carestía de papel y el poco nivel cultural en general de la población era evidente (muchos ni sabían leer), resulta curioso comprobar cómo se daban a conocer los próximos estrenos mediante programas y guías de mano, presididos por el/la galán de moda, como el que vemos de GARY COOPER.
Cada lector tiene sus gustos y preferencias, todas respetables mientras no dañen a nadie, y afronta las lecturas desde su propia perspectiva. A mí en particular me gusta conocer detalles de la vida de nuestra ciudad, detalles lo más reales y cercanos a lo que sucedió como sea posible. Puede deberse a mi vocación científica, o porque tuve unos maestros poco fantasiosos, da igual. El caso es que cuando veo un objeto antiguo, una foto, un monumento de una ciudad, un paisaje, lo que sea, me gusta saber de qué fue testigo (volviendo a TRAPIELLO, afirma en su libro El Rastro, hablando sobre los objetos que la gente vende o compra, que nadie pregunta de dónde provienen y nadie informa sobre ello, por discreción, por dolor, etc.; pues bien, yo soy de los que quieren saberlo todo). Así cuando contemplo una imagen, quiero saber más: qué año, qué personajes, qué pasaba en aquel momento, en definitiva, todo lo que se sepa sobre ella, porque así entenderé mejor que hacían y qué pensaban sus protagonistas que ahora, cuando la observo, me están mirando.
Evidentemente todo esto no es fácil, sino es alguien de esa foto el que nos contara qué hacía allí, y a estas alturas, nadie lo puede hacer. Pero muchas veces hay detalles, datos, objetos que nos pueden ayudar a “investigar”. Esto lleva su tiempo, y en muchas ocasiones hay que ser persistente y no desanimarse si no se llega a nada. Les cuento lo que yo he averiguado en un par de semanas de una foto concreta.
Mitin Teatro Pradera, página 120
A primera vista, la única información que tenemos, aparte del lugar donde está hecha la foto, es la de los carteles de anuncio de películas del teatro. En uno de los tabloides se reconoce perfectamente el rostro de IMPERIO ARGENTINA en un mismo cartel repetido dos veces. En el cartel del otro lado se aprecia perfectamente en mayúsculas el título de una película, Cinópolis. Se trata de una película española, dirigida en 1931 por JOSÉ MARÍA CASTELLVÍ y FRANCISCO ELÍAS. Pero si uno busca en internet, no va a encontrar demasiada información sobre esta película salvo los datos anteriores y un cartel, el que les muestro a continuación.
Sin embargo, no es de la época, sino una recreación del célebre cartelista ANTONIO ESTEBAN LIROLA (1929 – 2018) que realizó con motivo de una exposición-homenaje a la artista que se hizo en septiembre de 1998.
Si consultamos la base de datos de cine IMDB (dicen que la más completa), vemos que Cinópolis se estrena en Bilbao el sábado 4 de abril de 1931, y en Madrid el lunes 7 de septiembre de 1931, día este segundo un tanto extraño para estrenar. Si nos acercamos a la hemeroteca del diario ABC, comprobamos, como cabía esperar, que en realidad el estreno en el desaparecido CINE FANTASIO fue el domingo 6 de septiembre de 1931.
Con toda la razón, el lector avispado se preguntará: pero esta película, ¿no es española? ¿qué tiene que ver Francia en esto? La explicación es sencilla. Desde finales de los años veinte y principios de los treinta del siglo pasado, se estaba intentando comercializar cine sonoro porque el mudo ya empezaba a cansar al personal. Fue un periodo de gran impacto para la industria cinematográfica fundamentalmente por dos razones: porque los estudios españoles no tenían la infraestructura necesaria para rodar películas sonoras (ni como sabemos los actores estaban muy preparados: muchos tuvieron que dejarlo y dedicarse a otra cosa), y los dueños de los cines tenían que comprar nuevos equipos para proyectar estas películas (con un desembolso económico grande, en una época de mucha escasez; muchos tuvieron que cerrar sus negocios). El debate también se daba entre los espectadores: estaban divididos entre los que pensaban que el cine de verdad era el mudo, y lo del sonoro era una frivolidad que no cuajaría. Todas las revistas de cine de aquellos años estuvieron meses debatiendo cuál de los dos sistemas era mejor. Aquí en Valladolid hubo una auténtica competición por ser los primeros en conseguir unas proyecciones de calidad, porque no era sencillo. Pero esa historia la contaré otro día para no alargar ésta.
De modo que lo más sencillo y barato, entre otros métodos, era producir las películas en estudios alemanes, franceses o ingleses. Cinópolis se produjo y distribuyó en Francia a través de GAUMONT, la compañía cinematográfica más antigua del mundo. Se rodó en la ciudad francesa de Joinville-le-Pont (París), donde los estudios de la Paramount se asentaron para filmar todo este tipo de películas.
IMPERIO ARGENTINA, apodada en aquel momento como la novia de España, era una gran estrella ya en 1931, aunque estaba empezando en el cine (había rodado tres películas mudas y sólo una sonora; ésta era su segunda película “hablada”, tal como se decía entonces). Como comentaba antes, no se localiza fácilmente información alguna sobre esta película, que quedó completamente eclipsada por el estreno de su siguiente película, Su noche de bodas (Louis Mercanton y Florián Rey, España, 1931), versión española de Her Wedding Night (Frank Tuttle, EE. UU., 1930). Recuerden que los americanos rodaban la misma película en varios idiomas con actores de cada nacionalidad porque en aquellos años el público prefería actores cercanos a ellos y hablando en su mismo idioma (el doblaje era costoso y los subtítulos eran odiados porque, a los pocos que sabían leer en aquellos años, no les daba tiempo a leer y ver la película). Pues bien, Cinópolis pasó tan sin pena ni gloria, que ni siquiera hay explicación de su argumento en casi ningún lugar. Pero yo lo he encontrado.
Éste es muy simple, apenas un pretexto para que la cantante luzca sus dotes. A la joven Dora (IMPERIO ARGENTINA) el cine la tiene sorbido el seso y aspira a ser una estrella cinematográfica. Ni los consejos de su novio Roberto (ERIC VAN DUREN) que la adora, ni su cariño, la hacen desistir de su empeño. Tiene una fuerte discusión con Roberto, que rompe con ella al no aceptar sus planes de matrimonio. Con aires de conquistadora se dirige a un estudio del que leyó un anuncio en el que solicitaban personal para filmar, y allí empieza su desencanto. Se da cuenta de que no basta ser bonita y tener aptitudes para conquistar la celebridad, pues ciertos empresarios sólo lanzan "estrellas" a cambio de una fuerte cantidad que financie la película (hoy sería a cambio de algunas otras cosas más, pero la censura moral del momento no permitía demasiados excesos). Decepcionada, se vuelve con su novio que, después de hacerse un poco desear, la perdona y se casan yendo de viaje de luna de miel a América del Sur donde el feliz esposo ha conseguido un empleo como representante de una importante industria de automóviles. Un ñoño y sencillo musical en el que aparecen las canciones Mi caballo murió, Dorita, Ave de paso, Junto al Paraná y Alma amada.
Segundo cartel
En el cartel de la columna de la derecha según miramos también puede leerse el estreno de El puerto infernal (Hell Harbor, Henry King, EE. UU., 1930). Según algunas fuentes fue la primera película sonora hecha fuera de unos estudios de cine, concretamente en los exóticos paisajes de Tampa, en la costa del golfo de Florida, Estados Unidos. En los EE. UU. se estrena el 15 de marzo de 1930, y en Reino Unido el 18 de marzo. En Madrid, IMDB indica que se estrena el 29 de septiembre de 1931 (en ABC comprobamos que fue el domingo 27 de septiembre, dos días antes). ¡¡2ª sorpresa!!: ¿Cómo es que en el PRADERA se proyecta los días 19 y 20 de marzo de 1931? Esta ya no es una producción española ni francesa. Bien es cierto que en los EE. UU. se había estrenado un año antes, y puede ser que aquí no hubiera despertado mucho interés.
El papel estelar lo interpreta la actriz mejicana LUPE VELEZ, todo un vendaval de sensualidad a juzgar por sus aventuras y escándalos amorosos en su vida real, y los poco conocidos JEAN HERSHOLT y JOHN HOLLAND. Se trata de una película de aventuras exóticas y de nuevo romance de por medio: Anita Morgan, descendiente del famoso pirata Henry Morgan, vive una vida despreocupada en una isla del Caribe, pero sueña con escapar de la monotonía hasta la bulliciosa La Habana. Cuando se entera de que su padre, a cambio de dinero, ha prometido su mano en matrimonio a un comerciante local que le va a dar una buena suma por ella (por cierto, de raza negra, ¡¡toma componente racista!!) y que van a engañar a un americano que quiere comprar perlas, se las ingenia para salvarlo... e irse a La Habana con él. De nuevo un argumento muy elemental, infantil, de final feliz y con protagonista femenina seductora. Este era el tipo de películas que se consumían por entonces, sin mayores pretensiones.
La película completa dura 93 minutos, pero distribuyó una versión acortada de 64 minutos, que fue la que probablemente programaron en el PRADERA, ya que EL NORTE DE CASTILLA indica que se complementaba con un cortometraje cómico de dibujos animados titulado Proezas aviatorias, del que no he localizado referencia alguna.
Y el mitin, ¿de qué era?
Teniendo en cuenta las fechas de las proyecciones en el TEATRO PRADERA, cien por cien exactas, he tratado de localizar la noticia de algún mitin celebrado en los meses de febrero y marzo de 1931. Recordemos que el domingo 12 de abril de 1931 tuvieron lugar las elecciones municipales que concluyeron con la proclamación de la II República el martes 14 de abril de 1931. Lo primero por tanto que cabe pensar es que fuera uno de los muchos mítines que quizá se celebraran en esos meses. Así que, manos a la obra, a buscar mítines celebrados en el TEATRO PRADERA entre febrero y marzo de 1931 en la hemeroteca de EL NORTE DE CASTILLA.
El único mitin que aparece en esos meses en EL NORTE DE CASTILLA del martes 10 de marzo de 1931 corresponde al celebrado en el TEATRO PRADERA el domingo 8 de marzo de 1931. En la página de portada (lo que indica que fue un evento de cierta relevancia), se explica que a las once de la mañana el SINDICATO NACIONAL FERROVIARIO (Consejo Obrero de Valladolid) organizó un mitin público para dar cuenta de las peticiones de los trabajadores de aumento de salario. El acto era uno más de los celebrados en toda España, pero era de especial relevancia porque nuestra ciudad era eminentemente ferroviaria y en ella se encontraban los talleres de la COMPAÑÍA DEL NORTE.
El periódico señala que el teatro se encontraba atestado de público, unas 2500 personas en total, ferroviarios en su mayor parte. Hicieron uso de la palabra FÉLIX HIDALGO, TEÓFILO SALGADO FIGUERAS y JOSÉ GÓMEZ OSORIO (éste último de Salamanca, dice el diario), miembros de la Unión General de Trabajadores (UGT). ¿Estarán entre los que vemos en la fotografía? Los tres estuvieron de acuerdo en sus posiciones: hicieron historia documentada de la cuestión de los salarios analizando la situación del problema bajo el gobierno del general DÁMASO BERENGUER (el 18 de febrero terminó su mandato) y la solución implementada por el ministro de Hacienda JOSÉ ESTRADA Y ESTRADA (que en aquel momento ya había sido destituido) y el ministro de Fomento, JUAN DE LA CIERVA Y PEÑAFIEL (el padre del ingeniero inventor del autogiro, el precursor del helicóptero). Parece ser que estaban muy molestos con ésta y pensaban, cuando fuera necesario y conveniente, hacer una actuación enérgica. En ese mitin aprobaron lo siguiente: protestar enérgicamente contra las medidas tomadas por el ministro ante la petición de subida de salarios y rechazarlas, así como la postura cómoda adoptada por las Compañías, mantener íntegras las peticiones y rechazar la apelación del ministro de Fomento sobre el patriotismo de los ferroviarios. Esas medidas se aprobaron por aclamación, dándose por terminado el acto, que se desarrolló en medio del mayor orden y entusiasmo.
Estaba previsto que el conocido líder ANIBAL SÁNCHEZ FERRER (Sax, Alicante, 1886 – Madrid, 1961) estuviera y tomara la palabra, y era esperado con gran expectación. Al parecer se confundió en la hora en que se iba a celebrar el mitin y vino a la ciudad, pero en un tren a una hora que ya había terminado todo. Los redactores del periódico lo encontraron en la estación de tren, esperando el tren de vuelta a Madrid, y le hicieron una entrevista. Contaba que el problema estaba en que los 17000 kilómetros de vía férrea estaban repartidos entre 90 compañías ferroviarias distintas, que tenían que hacer frente a gran cantidad de costosos elementos y a directivos burocráticos. Ello provocaba que se recargara el precio de los transportes y los beneficios eran tan pequeños que impedían unas retribuciones dignas para el personal. Según él la solución era nacionalizar el ferrocarril en una única compañía estatal. Al final, quiere transmitir un saludo a todos los ferroviarios y pedir disculpas por no haber podido asistir al mitin por un malentendido.
Respecto a los intervinientes mencionados, sólo he localizado alguna información sobre el ferroviario TEÓFILO SALGADO FIGUERAS que fue concejal socialista del Ayuntamiento de Valladolid en 1922 y de nuevo en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 (pocos días después de esa fotografía). El 17 de octubre de 1934 fue detenido acusado de levantar los precintos colocados en la Casa del Pueblo, durante la llamada huelga revolucionaria del viernes 5 de octubre de 1934 que tuvo especial incidencia en los Talleres del Norte y otros servicios municipales con destacada presencia de miembros de UGT. Después, durante la Guerra Civil, fue procesado por el Tribunal Militar Territorial Primero (TMT1) de Madrid en juicio sumarísimo.
Volviendo a la foto, aquella tarde de 8 de marzo de 1931, tras el mitin, las personas que aparecen podrían pasar la tarde disfrutando de alguna obra teatral (en el TEATRO LOPE DE VEGA la compañía del actor mejicano FERNANDO SOLER ofrecía tres obras distintas a las 4, 6.45 y 10.30), cine sonoro en el TEATRO ZORRILLA, TEATRO PRADERA o CINEMA COCA, cine mudo en el TEATRO CALDERÓN, TEATRO HISPANIA o IDEAL CINEMA, y los más atrevidos incluso trasnochar en la GRANJA ROYAL con espectáculos de variedades y bailes (por cierto, a este cabaret vino IMPERIO ARGENTINA a cantar en directo). Y he aquí una ¡¡3ª sorpresa!! Esa tarde la del TEATRO PRADERA es la película El amor solfeando (Robert Florey, Armand Guerra y Florián Rey, España/Francia/Alemania, 1930), que en Madrid se estrena como El profesor de mi mujer, la primera película sonora de IMPERIO ARGENTINA, que es la que corresponde al doble cartel que vemos en la columna de la izquierda de la foto, y que no nos cuadraba con la de Cinópolis del otro anuncio a pesar de corresponder a la misma intérprete.
Probablemente alguno de los retratados en la imagen manejaran el folleto turístico que aparece a la derecha (que también aparece en el libro) o tal vez otros parecidos. Viajemos en el tiempo. ¿Ven todo lo que puede sacarse de una foto? A esto los animo con cada una de las imágenes que aparecen en el libro, y que nos cuenten lo que descubran. Por supuesto si encuentran algún error a lo largo de las líneas que acabo de describir, háganmelo saber, que gustosamente lo rectificaré. Un saludo y buena lectura.
P.D.: Agradezco a los autores su autorización para utilizar fotografías de su libro para escribir esta reseña.
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