002.- Primeros recuerdos (Año 1968)
Es difícil, salvo que alguien te lo diga, saber a ciencia cierta cuál fue la primera película que uno vio en una sala de cine. En mi caso, no lo puedo asegurar categóricamente, pero lo que es seguro es que vi varias películas de animación de WALT DISNEY en pantalla grande, en el CINE AVENIDA en concreto, y en torno a las Navidades.
Yo nací en 1965, en marzo. En ese momento el mejor lugar para disfrutar del cine en la ciudad era, sin duda, el CINE AVENIDA. Situado en el Paseo de Zorrilla 56, se había inaugurado el 17 de septiembre de 1957 y tenía una sala de butacas espectacular que permitía disfrutar de las proyecciones a 1250 personas, y una pantalla no menos impresionante, de 15,85 metros de largo por 7,60 metros de alto. Seguramente por ello, desde marzo de 1958, a poco de inaugurarse, se convierte en la sede principal de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, en aquel momento con el añadido de Cine Religioso. Pero es que, además, el 14 de febrero de 1964 inauguró el sistema de proyección TODD-AO, con unas prestaciones en cuanto a imagen y sonido de las que no disponía ninguna otra sala en aquel momento.
En aquellos años finales de la década de los sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, como en la actualidad, se estrenaban en Valladolid películas destinadas al público familiar, para aprovechar el periodo de las vacaciones escolares (el parque automovilístico no era demasiado grande aún, por lo que no había tantas salidas fuera de la ciudad, y uno de los principales lugares de esparcimiento de la gente era ir al cine; recuerden cuántas salas había en la ciudad por entonces). Entre las que recuerdo con nitidez, la primera producida por la factoría Disney después de la muerte de su fundador (que tuvo lugar el 15 de diciembre de 1966) y la última que supervisó personalmente: El libro de la selva (The Jungle Book, Wolfgang Reitherman, EE. UU., 1967).
Consultando la fecha en la que esta película se estrena en este cine en Valladolid, verifico que fue el sábado 28 de diciembre de 1968. Era riguroso estreno ya que la primera proyección oficial en nuestro país fue en Madrid el 16 de diciembre de 1968 (un año después de su estreno en los Estados Unidos, el 18 de octubre de 1967; en la actualidad, las películas se estrenan prácticamente a la vez en todo el mundo, o con escasas semanas de diferencia, dependiendo de la distribuidora, pero en esta época, todo llegaba con retraso, la mayoría de las veces, con mucho retraso).
Como sabemos, la película describe, con bastante libertad respecto al libro original de RUDYARD KIPLING, las aventuras del pequeño Mowgli y sus amigos (y enemigos), los animales de la selva. Siguiendo los parámetros de Disney, es una producción para todos los públicos, entrañable, si bien con ese toque perverso que teñía todos sus largometrajes de cierta inquietud. Tampoco faltan los consabidos momentos musicales, que ya desde pequeño me resultaron chocantes, al estar doblados, igual que el resto de la película, en Estados Unidos, en un lenguaje un tanto artificial denominado español neutro. Con los años, vuelta a ver, se descubren muchos detalles que a un niño pasan desapercibidos. Disney estuvo entre los precursores en la producción de largometrajes familiares con la filosofía de que los adultos que acompañan al cine a los niños no se aburran, dejando caer asuntos y actitudes bastante complejos. Desde el punto de vista exclusivamente cinéfilo, también hay muchas referencias, como el modelar los personajes de acuerdo al actor que los daba voz (en este caso es meridianamente evidente que el perverso tigre Shere Khan no es otro que el actor GEORGE SANDERS, precisamente el que lo pone voz en la versión original).
La película se mantiene en cartel hasta el 9 de enero de 1969 (doce días), básicamente hasta la vuelta al colegio. En esos días fue insistente la noticia del regreso, sanos y salvos a la Tierra, de los astronautas de la misión Apolo 8 ya que fue la primera misión tripulada en salir de la órbita terrestre, llegar y orbitar a la Luna (la circundaron diez veces) y finalmente regresar a la Tierra después de seis días. En Valladolid lo que son persistentes son los anuncios de la llegada de los Reyes Magos a diferentes centros comerciales (¡¡desde el día 30 de diciembre!!) además de colocar numerosos buzones por toda la ciudad para la recogida de cartas de los niños, junto a los proyectos de alcantarillado y pavimentación de numerosas calles y del cementerio municipal para poder circular en automóvil por su interior. En estas fechas se están terminando las galerías de alimentación de la calle López Gómez (como sabemos hoy totalmente cerradas), la construcción del escudo floral de la ciudad en el solar que acababa de dejar el demolido TEATRO PRADERA o la adquisición del TEATRO CALDERÓN por la Caja Provincial de Ahorros para crear un importante centro artístico y cultural. Fue un alivio porque se barajó la posibilidad de derribarlo y edificar en la zona. ¿Se imaginan el disparate? El año 1969 se presentaba con muchas expectativas para la ciudad por la conmemoración por todo lo alto del V Centenario del matrimonio de los Reyes Católicos. Y en el ámbito deportivo, era noticia la incorporación a la delantera del EUROPA DELICIAS del joven CARDEÑOSA, según el periodista de El Norte de Castilla, “un muchacho con mucho fútbol en las botas, que puede cuajar en un buen futbolista en cuanto adquiera esa experiencia y velocidad que sólo dan los partidos”. No fue desencaminado, ciertamente.
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