020.- Rodaje de El Cid en Castilla y León (3) (Años 1960 y 1961)

 


Aunque mi intención era terminar con esta tercera entrega el recuerdo a esta superproducción, la documentación de la época a la que he tenido acceso, que desconocía, con detalles que no he visto publicados, me anima a compartirlos con todos vosotros, y hará que me extienda un poco más. Eso sí, me limitaré a aquello relacionado con nuestra tierra, Castilla y León, que en general ha sido menos difundido que lo relacionada con Peñíscola o Madrid.   

Tal y como recordamos en la primera reseña, los días 22, 23 y 24 de marzo de 1961 tuvo lugar el rodaje de las escenas enmarcadas en Torrelobatón (Valladolid). Los medios de comunicación locales y muchos aficionados al cine o vecinos del pueblo han venido recordando estos días esos sesenta años, tanto en prensa y radio como en redes sociales. Siguiendo el espíritu de estos recuerdos, continuaré describiendo circunstancias que rodearon esta producción, procurando no repetir lo que se sabe bien, y mi relación con ella como espectador.

            En la anterior reseña describimos en qué ocupó CHARLTON HESTON la tarde-noche del viernes 4 de noviembre de 1960 en la ciudad de Valladolid. Sigamos desde ahí: el sábado 5 de noviembre a las doce de la mañana se embarcaba en Barajas con destino Roma, y el lunes 14 de noviembre de 1960 estaba programado comenzar el rodaje de El Cid. Pero HESTON estaba ya el viernes 11 en Madrid, acercándose al aeropuerto a recibir a SOFÍA LOREN, tal y como podemos ver tanto en las imágenes del NO-DO, como en los diarios del momento. De hecho, HESTON llegó a Madrid el 7 de agosto de 1960 para entrevistarse con SAMUEL BRONSTON y, entre otras cosas, quejarse del guion. Era habitual en los proyectos del célebre productor emprender grandes proyectos, invertir mucho dinero, tiempo y esfuerzo en construir costosos decorados, contratar los mejores directores artísticos, los mejores técnicos para las escenas de acción, los actores más adecuados, aunque el guion dejara que desear, porque siempre podía ir rehaciéndose sobre la marcha. Pero HESTON era concienzudo en ese aspecto (igualmente sucedió con 55 días en Pekín; a la tercera, La caída del imperio romano, se negó en rotundo a participar en esas condiciones). La habilidad y las promesas de BRONSTON parece que convencieron al actor que, a los tres días, el 10 de agosto, dio una rueda de prensa en el Hotel Castellana Hilton (hoy Hotel Intercontinental) de Madrid en la que explicó con detalle algunos aspectos como los escenarios en los que se iba a rodar la película, tal y como vemos en la imagen adjunta de la agencia EFE. Se instaló a vivir todo el mes en la Costa del Sol, documentándose más y preparando a fondo su papel. Posteriormente se trasladaría a España el resto de su familia (su esposa LYDIA y su hijo FRASER), que lo acompañaron en las diversas localizaciones que requirió la película.

            De todos es conocido que, para abaratar costes, las películas no se filman en el orden en el que luego aparecen en pantalla. En el caso de El Cid, en los primeros días de enero se ruedan las cinco escenas de Colmenar Viejo y Manzanares el Real (Madrid) para trasladarse durante la segunda semana a Peñíscola (Castellón de la Plana) para rodar las complejas escenas de la toma de Valencia, la muerte del Cid (concretamente ésta tuvo lugar el 18 de enero) y las escenas finales. Allí el equipo está hasta el mes de marzo. Los diez primeros días se filman las escenas del destierro en la Sierra de Guadarrama. Del 15 al 17 tendrá lugar el juramento de Alfonso VI en Santa Gadea, reproducida en decorados de los Estudios Sevilla Films de Madrid (hoy en día un centro comercial; cerca estaban los Estudios Buñuel de TVE, antiguos Estudios Chamartín (llamados así en los años treinta, luego Estudios Bronston, en los años sesenta). Fue PILAR MIRÓ, en 1988, cuando los rebautiza como Estudios Buñuel. En 2015 comenzó su demolición, y en la actualidad prácticamente todo ha desaparecido (otros países han ido conservando sus estudios cinematográficos, y los no útiles, buenos beneficios proporcionan turísticamente; aquí, ya saben, piqueta y especulación es lo que prima). Ese día, el viernes 17, reciben la visita de MENÉNDEZ PIDAL como dejó plasmado el NO-DO, (minuto 3:48) que seguramente hayan visto en alguna ocasión.

            La siguiente semana, la del lunes santo 20 de marzo se trasladan a tierras castellanas. Lo último en filmarse fue el juicio de Dios en Calahorra, que se rueda en Belmonte (Cuenca) desde el lunes 10 de abril hasta el sábado 15 de abril de 1961, que es cuando acaba definitivamente todo el rodaje en nuestro país.

Escenas Castellanas

            Por tanto, el grueso de la película (incluyendo el desenlace final) ya está terminado cuando llegan a nuestra tierra, donde se rueda el comienzo. Camiones, técnicos, equipo, un verdadero ejército se debe acomodar, y los pequeños pueblos no sólo se ven desbordados, sino que experimentan una expectación desconocida (año 1961, recordemos). A pesar del intenso frio, desde primeras horas de la mañana del miércoles 22 de marzo la entrada a la villa de Ampudia (Palencia) es un hervidero de gente, venidas de todos los puntos de la comarca. Antes de comenzar la jornada, EL NORTE DE CASTILLA relata que se repartió una taza de té o un café bien caliente, a elección, a todos los miembros del rodaje. Como todos lo que vivimos por aquí sabemos, a media mañana por contra, el calor terminará siendo un suplicio bajo las armaduras y las cotas de malla de actores y figurantes. Frente al castillo se levantaron unos decorados que representaban los restos de una iglesia y varias casas. Antes de empezar a rodar, se rociaron de gasolina y se prendieron fuego. Es la escena inicial del film, en la que un monje implora la llegada de un salvador que acabe con tanto saqueo. En ese momento Rodrigo lo ayuda y carga con un Cristo cubierto de saetas. El Cid ha logrado liberar la aldea habiendo capturado a dos emires musulmanes que Alvar Fáñez quiere colgar allí mismo. Es una escena breve (2 minutos) que enlazará con la rodada en Torrelobatón al día siguiente. En este enlace, pueden ver un documental con imágenes del fotógrafo ampudiano ÁLVARO DE CASTRO sobre cómo fueron los preparativos y cómo se desarrolló aquella jornada. En la imagen, el actor saluda a EUGENIO FONTANEDA y familia, propietarios y restauradores del castillo de la localidad, que salvaron de la ruina más absoluta, a costa de su propio  patrimonio. Gracias a ellos, hoy podemos admirarlo junto a su valiosa colección de arte y antigüedades.

            En la siguiente escena, ya en Vivar del Cid (Torrelobatón en este caso), el pueblo exaltado pide de nuevo que se ejecute a los emires. Se rueda en el puente sobre el río Hornija, cuyos arcos fueron sustituidos por la impersonal columna de cemento que hoy se contempla, a pocos metros de la ermita del Santísimo Cristo de las Angustias, patrono de Torrelobatón. Se empieza sobre las diez de la mañana, pero la escena del gentío exaltado debe rodarse varias veces, porque los figurantes ponen poco entusiasmo, al punto de que el director ANTHONY MANN, se acaba enfadando y con grandes aspavientos desde una plataforma explica cómo deben hacerlo. El asunto, como ya se comentó en el documental Bienvenido Mr. Heston (al que dedicaré otra reseña), es que deseaban alargar el rodaje dado el buen jornal que les daban por día. Sobre las 12:30 se interrumpe la filmación, reanudándose tres cuartos de hora más tarde. Llamó mucho la atención que CHARLTON HESTON, incansable, aprovechara cada descanso, por breve que fuera, para dar cabalgadas con “Babieca”, con mucha soltura y destreza, según testimonios de los allí presentes. Por la tarde, deben suspender el trabajo porque comenzó a llover.

            Al día siguiente, jueves santo, el rodaje comienza a las ocho de la mañana, con la escena en que García Ordoñez (RAF VALLONE) entra en cólera por la liberación de los emires, acusando al Cid de traición. Terminan a la una de la tarde, para reanudar una hora después, con otros aspectos de la misma secuencia. A las seis de la tarde dieron por terminada la jornada. Con prácticamente todo el mundo en sus casas, sorprendentemente a las nueve de la noche, en la carretera hacia Mota del Marqués (hoy la VP – 5604) una gran hilera de focos se enciende siguiendo el largo tramo recto de la carretera, rellena de arena. Y HESTON, caracterizado con barba y armadura, la recorre a caballo varias veces. A las once y media de la noche, el actor abandona el lugar hacia su lugar de pernoctación, el Hotel Felipe II (hoy Hotel Felipe IV) de Valladolid. La escena, montada en la película final con el mar a uno de sus márgenes, es la que cierra la película antes de los créditos finales. Debieron pensarla posteriormente al rodaje en Peñíscola, porque lo normal hubiera sido rodarla allí.

      El viernes cientos de automóviles invaden la localidad, algunos desde Zamora, indica ANTONIO HERNÁNDEZ HIGUERA en su crónica de EL NORTE DE CASTILLA, pero se encuentran con que todo se está desmontando. Por casualidad, el periodista se encuentra con un coche con varios de los actores, en cuyo asiento trasero se hallaba HESTON. Le firma la fotografía promocional que publica el periódico al día siguiente. 

Un día en Burgos

            El viernes 21 de abril de 1961, concluido el rodaje de la película, antes de regresar a los EE. UU., el actor junto a su esposa y su hijo desearon conocer los lugares reales en los que se desarrolló parte de la vida del héroe que acababa de interpretar. El DIARIO DE BURGOS hizo una exhaustiva descripción de lo que hicieron aquel día.

            Llegaron la noche anterior, hospedándose en el hostal El Cid (hoy Hotel Restaurante Mesón del Cid, en la misma Plaza de Santa María, con magníficas vistas a la mismísima catedral). A primera hora de la mañana, fueron recibidos oficialmente en el ayuntamiento por el alcalde HONORATO MARTÍN-COBOS, su esposa y su hija, donde le obsequiaron, entre otros detalles, con una edición especial del Poema del Mio Cid en su doble versión de castellano antiguo y moderno, además de ser nombrado huésped de la ciudad. A continuación


visitan la Catedral (donde vieron las tumbas del Campeador y Jimena, la Capilla del Condestable y el Museo; de esta visita hay abundantes testimonios gráficos realizados por los fotógrafos burgaleses ELISEO VILLAFRANCA y FEDERICO VELEZ, “FEDE”; en la imagen, dentro de la catedral). Después, la iglesia de Santa Águeda, el Solar del Cid (de donde se llevó una bolsita de tierra como recuerdo) y finalmente suben al mirador del castillo desde donde pudieron apreciar la panorámica de toda la ciudad. A la entrada y salida de cada sitio fueron esperados por muchos admiradores, mujeres fundamentalmente dice la crónica, que les hacían retrasar su cargada agenda, que tuvo que recortarse sobre la marcha porque el actor debía estar en Francia al día siguiente.

            La comida tuvo lugar en el Mesón de los Infantes, pasando el Arco de Santa María, donde HESTON se detuvo tanto a la ida como a la vuelta. Como curiosidad, el menú fue caldo serrano, entremeses de Castilla, truchas del Arlanzón, cordero lechal de la Ribera, queso de Burgos, fruta y vino clarete de la tierra (¡¡Dios mío, clarete, pudiendo haber disfrutado con un buen tinto de la Ribera!! Esto no lo entiendo, la verdad). Por lo que comenta la crónica, comieron tranquila aunque rápidamente ya que el actor deseaba visitar la Cartuja de Miraflores y el monasterio de San Pedro de Cardeña. No obstante, cumplió con la palabra dada a los medios atendiendo tanto él como su esposa a los periódicos y emisora de radio en un castellano claro, pero “reposado”, dice el periódico (menuda sorna se gastaban los redactores de la época). El problema surgió a la salida, en la que una muchedumbre, sobre todo de estudiantes, los esperaban. Todo el mundo deseaba su autógrafo, y en un momento dado se rompió el cordón de seguridad y literalmente aplastados, llegó un momento en que no podían dar un solo paso. Sin perder la sonrisa ni la compostura, prosigue el periódico, el actor trató de contentar a cuanta gente pudo. Lamentablemente, al final tuvo que desistir de continuar la ruta turística planeada, saliendo hacia Irún para embarcar al día siguiente en el Queen Mary desde Cherburgo hacia Nueva York.

            Entre las anécdotas que se describen, destacar que tanto él como su esposa quedaron bastante sorprendidos por los avatares que les narraron de los restos mortales del Cid y Doña Jimena (si no los conocen, léanlos en internet, porque su periplo es un auténtico dislate), así como del hueso del héroe que posee el ayuntamiento y que les mostraron. También se sorprendieron (y desagradó un tanto al actor) de la enorme barba que presenta la conocida estatua ecuestre del personaje en la burgalesa Plaza del Mio Cid. El actor prometió volver si el estreno mundial de la película se realizaba en Burgos, que sería lo propio, según sus palabras,....

CONTINUARÁ ...

(Publicado el 21 - 04 - 2021)

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