039.- Mi primera visita al Cine Goya (Año 1977)
Es bastante probable que, para aquellos que recuerden la existencia del CINE GOYA en la calle Labradores nº 15, lo asocien a películas clasificadas S, ya que fueron prácticamente las únicas que programaban en su última etapa. Obviamente, para una sala inaugurada en 1944, hubo otro tipo de sesiones, aunque en los años setenta del siglo pasado la mayor parte eran para mayores de 18 años. No obstante, en determinadas festividades, prácticamente todos los cines de reestreno trataban de aprovechar que niños y jóvenes no tenían clases en colegios e institutos y reponían películas para todos los públicos. En aquellos años las ofertas de ocio juvenil no eran muchas: discotecas para los mayores, salones de futbolines y billares, ir al cine, quedarte en casa, o pasar frio deambulando por la calle en pandilla. Aún no habían hecho acto de presencia las hamburgueserías, aunque no tardarían.
Antes de hablar de cada una, desvelemos qué queremos decir. Corrían como hemos dicho los inicios de los años cuarenta. En diciembre de 1941, los Estados Unidos entran en la II Guerra Mundial después del ataque de los japoneses a PEARL HARBOUR, aunque el ambiente bélico que se sentía en todo el mundo también lo palpaban los americanos con anterioridad. Hollywood se propuso hacer olvidar ese drama a la sociedad, siquiera durante hora y media, produciendo comedias, musicales y películas de aventuras exóticas. Uno de los estudios que adoptó este ideal fue UNIVERSAL PICTURES, y la pareja de cómicos del momento eran BUD ABBOTT y LOU COSTELLO. Pero UNIVERSAL financiaba películas de bajo presupuesto, y el público prefería grandes superproducciones. Los ingleses, por ejemplo, habían copado las salas gracias a El ladrón de Bagdad (The Thief of Bagdad, Ludwig Berger, Michael Powell, Tim Whelan y William Cameron Menzies, Reino Unido, 1940), película que aunaba aventura, fantasía, humor, exotismo e incluso emoción, gracias a los decorados, las interpretaciones, los efectos especiales, etc. Los ejecutivos de la UNIVERSAL pensaron que ese era un buen punto de partida, pero a ser posible, gastando menos dinero. Para ello metieron en la coctelera esos mismos ingredientes, y funcionó.
La sensación que se tiene a día de hoy viendo Las mil y una noches (Arabian Nights, John Rawlins, EE. UU., 1942) es parecida a la que tuve en 1977, y probablemente la de su fecha de estreno (eso era lo que se buscaba): una historia de otro tiempo, unos decorados descaradamente artificiales, unos actores exóticos, pero simpáticos y atractivos (MARÍA MONTEZ (1912 – 1951), SABÚ (1924 – 1963) y el sucedáneo de héroe aventurero JON HALL (1915 – 1979)), y sobre todo, un color tremendamente exagerado. Es de hecho la primera película de esta productora en utilizar la técnica del Technicolor a tres bandas (three-strip Technicolor). Presentado en 1932, fue el primer procesado de película en ofrecer el espectro completo de colores en oposición a la gama limitada de rojo y verde de los anteriores. Las cámaras especiales hechas a medida contenían prismas que separaban la luz en tres haces, que se dirigían respectivamente a través de filtros azul, rojo y amarillo para grabar la misma toma en tres tiras a blanco y negro. Después, un proceso de tintado permitía imprimir imágenes en el espectro de su color filtrado y combinarlas en una sola tira de película. El proceso se utilizaría para producir los primeros mega éxitos en color de Hollywood (Así se rodaron, por ejemplo, Blancanieves y los siete enanitos (1937, Disney Studios), Robín de los bosques (1938, Warner Brothers), Lo que el viento se llevó (1939, MGM) o El mago de Oz (1939, MGM), entre otras muchas) y sería el estándar para la realización de películas en color hasta 1955.
Pero su uso fue limitado, porque este sistema, además del proceso en laboratorio descrito, tenía otros inconvenientes:
– El elevado coste y el peso de las cámaras.
– La filmación en Technicolor requería una iluminación mucho más intensa que la utilizada para filmar en blanco y negro, lo que provocaba que la temperatura se disparara en los estudios de rodaje. Durante la filmación de El mago de Oz, por ejemplo, las temperaturas subieron a más de 37°C, causando problemas de salud a los actores con más vestuario encima.
– Lo que se ve en
el set de rodaje no era muchas veces lo que se impresionaba en la película. En
consecuencia, se requería que un consultor de Technicolor estuviera presente en
el rodaje para asesorar a los cineastas sobre los esquemas de color y, si fuera
necesario, vetar cualquier toma que se considerara incompatible con la
cinematografía en Technicolor. Para los directores de arte, directores de
fotografía, directores de efectos especiales y diseñadores de vestuario, la
realización de películas con este sistema de color fue una experiencia de
aprendizaje que requirió una coordinación sin precedentes.
El
resultado final es espectacular, aunque las tonalidades tan fuertes dan una
apariencia final totalmente kitsch (estética
pretenciosa, abigarrada, cursi, de mal gusto o pasada de moda). En la imagen,
cartel español de la reposición de la película de 1975, la que aparecía en el
cine en aquella sesión a la que asistí.
Los actores
La trayectoria del protagonista masculino es francamente curiosa, entre otros detalles, porque llega a rodar películas con tres nombres distintos: CHARLES LOCHER, LLOYD CRANE y finalmente JON HALL, a partir de su undécima película. Pero sin ninguna duda lo que realmente destaca en la película (así lo reflejan todas las reseñas y críticas de la época) que determinó gran parte de su éxito de público fue la presencia de la singular MARIA MONTEZ, la reina del Technicolor, como fue denominada. María Antonia África Gracia Vidal de Santos Silas, nacida en la República Dominicana, era hija de un diplomático español, y desde pequeña tuvo claro que quería dedicarse a las artes escénicas (elige como apellido artístico el de la célebre bailarina LOLA MONTEZ). Se inició en 1940 como modelo en Nueva York, y ese mismo año el cine se fijó en su belleza, alcanzando la categoría de protagonista después de haber intervenido solo en siete películas. Sin embargo, el estatus de gran estrella lo alcanza gracias precisamente a esta versión de Las mil y una noches. Es tal el éxito mundial que la UNIVERSAL vuelve a emparejar a sus protagonistas en cinco películas más, alternando el tercer exótico protagonista entre SABÚ y TURHAN BEY.
En 1951, con sólo 39 años y 26 películas, MARIA MONTEZ es encontrada muerta en la bañera de su habitación en Francia (al parecer como consecuencia de un infarto; se especuló con que la costumbre de bañarse con agua casi hirviendo, pudo tener que ver con el fatal desenlace). Casualmente a la misma edad que la bailarina de la que tomó su nombre artístico.
Las mil y una noches, la película
Como ya se comentó antes, la película es relanzada en los años setenta con copias nuevas. El jueves 7 y viernes 8 de abril de 1977 la programa el TEATRO CARRIÓN. En estos años, la publicidad como vemos en la imagen es bastante más atractiva. Después, pasa al CINE GOYA (las películas del CARRIÓN las retomaba habitualmente el GOYA) el sábado 16 de abril (cuando la veo yo) hasta el sábado 23 de abril. Por supuesto, después tendría su recorrido por los cines de barrio de la ciudad.
Abbott y Costello
Desde los inicios del cine, aproximadamente cada década (aunque su trabajo se prolongara durante más tiempo), aparece una pareja cómica de moda, que extiende sus actuaciones a otros medios como la radio, el teatro y la televisión. Si en los años treinta esa pareja fueron STAN LAUREL y OLIVER HARDY (los célebres El Gordo y el Flaco), en la siguiente década en los Estados Unidos tomaron el relevo BUD ABBOTT (1895 – 1974) y LOU COSTELLO (1906-1959). En este caso surgen en la radio, para pasar posteriormente a los escenarios de Broadway antes de dar el salto al cine, lo que se produce en 1940 a través de los estudios UNIVERSAL. Interpretaron 36 películas hasta 1956, y en nuestro país las que mayor repercusión tuvieron fueron aquellas en las que se enfrentaban a los clásicos monstruos de terror de aquellos mismos estudios (Drácula, el hombre lobo, Frankenstein, el hombre invisible, etc.). A pesar de su antigüedad y de ser a blanco y negro, sus películas se reponían con cierta regularidad en los cines de sesión continua vallisoletanos, por lo que volví a toparme tanto con ellos como con MARIA MONTEZ como ya veremos en posteriores reseñas.
En
esta ocasión, en Agárrame ese fantasma (Hold
That Ghost, Arthur Lubin, EE. UU., 1941), estrenada en nuestro país en las
Navidades de 1942, nuestra torpe pareja son dos empleados de una estación de
servicio que entre los bienes que heredan de un gangster se encuentra una casa
en la que acontecen fenómenos un tanto extraños. Toda la película está montada
en torno a los gags cómicos de la pareja (en particular el de la “vela en
movimiento”, muy apropiado para una casa embrujada). Con eso, las expresiones
del rostro miedoso de COSTELLO (como siempre todo le sucede a él, su compañero
se lo toma a chufla, hasta que lo comprueba con sus propios ojos, momento en el
que se escabulle en cuanto puede; todas sus películas son variaciones de esta
fórmula), un mínimo argumento y cinco números musicales a cargo de TED LEWIS y
su orquesta y de las hermanas ANDREWS (las dos intervenciones de este trío se
filmaron después de haberse terminado la película completa) está descrita la trama,
que sin embargo, treinta y tantos años después de su estreno seguía sacando las
carcajadas del personal.
Y mientras, en nuestra ciudad
Aquellos días estaban siendo muy convulsos en Valladolid y particularmente en LAS DELICIAS. Resumo algunas cosas que sucedieron durante esa semana.
El viernes 15 se detuvo a varios trabajadores de la construcción como presuntos participantes en un piquete de huelga (se reclamaba la firma de un convenio colectivo con los empresarios del sector; no eran los únicos: trabajadores de diferentes empresas, empleadas del hogar, los transportistas, etc., buscaban asimismo mejoras salariales). Los partidos políticos andaban en plena primera campaña electoral de la democracia con una febril actividad, seguían apareciendo día sí y día también comunicados y manifiestos en contra de la legalización del partido comunista (PCE, en aquel momento), el personal no docente de la Universidad también estaba reclamando sus derechos llegando a paralizar la actividad académica en varios centros. También se había cerrado la Facultad de Medicina y la presencia de agentes de la Policía Armada, había impedido la celebración de un acto organizado por la A.U.P.E.P.M. (Asociación Universitaria Para el Estudio de los Problemas de la Mujer) en el que se iba a tratar sobre la condición de la mujer en la República; en definitiva había bastante agitación social.
El
sábado 16 cayó el Gordo de la Lotería Nacional en la ciudad (28 millones de
pesetas) en el número 00612 (un número particularmente bajo, por lo que hasta
el día anterior seguían sin venderse muchos décimos) que se vendió en la
Administración 9 de la Plaza de España.
Pero el suceso más desgraciado y lamentable tuvo lugar en LAS DELICIAS: el ahogamiento de un niño de tres años que cayó al canal que pasaba por el barrio absorbido por uno de los sifones. Habían sido muchas las ocasiones en que colectivos de vecinos, representantes de la Asociación Familiar Delicias, responsables de los colegios de la zona, entre otros, habían pedido la desaparición de aquel canal (más de dos mil niños conformaban la población escolar de la zona) al Ayuntamiento y la empresa propietaria de la instalación, pero siempre se acababan pasando la pelota unos a otros (de 1972 data la primera petición a la alcaldía). Hasta seis accidentes (sin tanta gravedad) tuvieron lugar con niños en aquel canal antes de este fatídico día. Hartos de la situación, los vecinos celebraron una asamblea el mismo domingo y deciden lanzarse a la calle en manifestación al día siguiente con destino el Ayuntamiento. Cerca de un millar de personas parten del canal, y son detenidos por tres furgonetas de la Policía Armada en la calle Hornija. Se inicia un diálogo entre los policías y los manifestantes que reconocen no tener permiso, pero con el argumento de que aquello no era una manifestación política sino de “justicia social”, se les deja proseguir a condición de no interrumpir el tráfico rodado. Continúan por las aceras, pero en la avenida de Segovia a la altura de la calle Canterac, otros tres coches policiales les esperan, y en esta ocasión, al no deponer su actitud, se produce una carga que dispersa a los vecinos. La repulsa y condena por todo ello fue unánime. Tiempo después el canal se terminó soterrando.
(Publicado el 8 - 02 - 2023)
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