006.- El inicio de una larga relación (Año 1972)
La sala de cine que más he frecuentado en mi infancia y juventud fue sin lugar a dudas el CINE DELICIAS. Situado en la calle Carmelo número 5, yo viví en el portal número 1, es decir, a sólo unos metros del local, de modo que sin tener que cruzar siquiera la calle, me resultaba muy sencillo (y cómodo para mis padres) pasar la tarde disfrutando de dos películas en sesión continua a un precio bastante razonable. El DELICIAS se inauguró el sábado 3 de marzo de 1956, ese día sólo para autoridades, medios de comunicación, empresarios de otras salas, etc.; para el público lo haría al día siguiente. Como en otros cines la costumbre era que se bendijera el local. En este caso, como pasaría años después con el otro cine del barrio, el EMBAJADORES, sería el párroco de la iglesia del Carmen, Mariano Miguel López el encargado de hacerlo. Fue uno de los cines pioneros en Valladolid en llevar el espectáculo cinematográfico a un barrio, programando sesiones de gustos populares (en verano, en Navidades, en vacaciones, también tuvieron lugar otras manifestaciones artísticas con títulos tan sugerentes como “Cabalgata en fiesta”, “Bazar de muñecas”, “Galas juveniles”, “Fantasía de estrellas”, “Risas y coplas”, por citar algunos).
La película elegida para la inauguración fue estreno riguroso en la ciudad ya que ninguno de los cines del centro la había emitido, El rey de la carretera (Juan Fortuny, España, 1956), interpretada por JUANITO VALDERRAMA y MARÍA ISBERT. Obsérvese que la película acababa de distribuirse (es del mismo año y en marzo; no se habrían producido muchas en sólo tres meses), circunstancia que no volverá a producirse, ya que, como cine de barrio, programaba fundamentalmente películas de reestreno, con varios años a sus espaldas (ocurría incluso en los cines del centro). Pasé varios veranos asistiendo a cada cambio de películas (y había semanas que cambiaba dos veces; pero de eso ya hablaremos más adelante), de modo que habrá un montón de referencias en próximas reseñas a este cine.
Curiosamente se estrenó antes en el Reino Unido (15 de enero de 1968) que en Norteamérica (8 de febrero de 1968), a pesar de ser ésta segunda su nacionalidad. Como ya comenté con otra película (Por quién doblan las campanas), en todas partes se indica que el estreno en España fue en Madrid el 15 de septiembre de 1969. Gracias a la posibilidad de consultar las hemerotecas de los periódicos de la época, descubrimos que el estreno real sucedió en el CINE LLORENS de Sevilla, el 31 de mayo de ese año 1969. Por cierto, un local construido en 1913 que tuvo que cerrar en 1982 y que fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) para evitar su ruina y/o demolición. Aquí en Valladolid deberíamos tomar ejemplo porque, y no me quiero repetir tanto, además de haber perdido la mayoría de los muchos cines que tuvimos, observamos impertérritos cómo languidecen otros.
Mientras
se proyectaba esta película, en el BARRIO DE LAS DELICIAS existía en la subida
a la ermita de San Isidro un poblado de chabolas que se extendía desde dicha
subida (límite del castillo de Canterac) hasta la carretera de Soria, a lo
largo de ese tramo de la entonces conocida como Carretera de Circunvalación
(hoy Paseo de Juan Carlos I). EL NORTE DE CASTILLA del día 7 de enero de 1972
destaca que “los Reyes Magos no se
olvidaron de los niños gitanos que viven el olvido de la ciudad. Después de una misa en la ermita, a la que
asistió la comunidad gitana en pleno, Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados
de su cortejo, repartieron un cargamento de juguetes y regalos entre los
pequeños de la barriada. Los Reyes Magos han dado una lección a la ciudad y han
abierto un camino a la esperanza y a la ilusión de los mayores de la barriada
gitana. Porque los hombres y las mujeres de las chabolas de San Isidro también
tienen sueños que todavía no se han hecho realidad”.
También el 7 de
enero de 1972, EL NORTE DE CASTILLA, a través de la sección sobre la ciudad que
tenía el periodista, poeta y ensayista Francisco Javier Martín Abril, desvela
una curiosidad que seguramente muchos no conoceréis. Después de lamentar el
olvido en que los vallisoletanos tenían (y ahora más, sospecho) al también
poeta, diputado y ministro Gaspar Núñez de Arce, se queja del
error que aparece en la placa de la casa en la que vivió (ver imagen) en la
calle que hoy lleva su nombre y que antes se denominó calle de la Cárcaba (con b, por cierto). Resulta que ni nació ese
día (fue el 4 de agosto de 1832, como demostró Narciso Alonso Cortés después de
localizar la verdadera partida de bautismo), ni esa
fue su casa natal. Vivió en
esa casa, pero no fue en la que nació. Martín Abril acaba su columna,
visiblemente contrariado, con las siguientes preguntas: “Me gusta detenerme ante la lápida de Núñez de Arce. Equivocada. ¿No debería
ser rectificada? En vez de “Aquí nació”, “Aquí vivió”. Y luego añadir: “nacido
el 4 de agosto de 1832”. ¿Lo hacemos, señor alcalde?” Desde entonces ha
habido 8 alcaldes, y ninguno lo ha hecho. ¿Será a la octava la vencida?
Para
finalizar, un anuncio de un comercio de aquel enero. ¿Recuerdan cómo era?
Estaba en la calle Regalado (lo
indica el anuncio). ¿Saben lo que hay en la actualidad justamente allí? Es
curioso el precio de abrigos, vestidos y gabardinas. ¿Qué compraríamos hoy con
ese dinero?
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