060.- El coliseo vallisoletano más antiguo
Sobre las tres de la madrugada del pasado miércoles 4 de diciembre, una alarma por incendio en el TEATRO LOPE DE VEGA de Valladolid, en obras para su restauración, obligó a cuatro dotaciones de bomberos a actuar con celeridad para evitar lo que pudo haberse convertido en un desastre. El hecho tuvo lugar unos días después de que un grupo de vecinos de un inmueble cercano se quejara por las molestias que la nueva caja escénica que se ha proyectado los causará. Posiblemente se trate de una casualidad y ambas noticias no tengan ninguna relación entre sí, aunque no faltará quien piense que no es así. En cualquier caso, el poco aprecio que hemos tenido en esta ciudad por su pasado, sus obras artísticas y arquitectónicas (no es desgraciadamente un caso aislado en España) ha provocado una nada despreciable destrucción de nuestro patrimonio cultural en nuestra ciudad, del que todos nos lamentamos, pero que parece que olvidamos cuando nos provoca alguna incomodidad particular. Por supuesto este teatro no es comparable a iglesias, monasterios, palacios, etc. que hemos perdido, pero tiene ya su bagaje histórico, que quiero recordar ahora, sintéticamente, porque expertos en la materia hay, y el que esto suscribe no es más que un vallisoletano del montón que, eso sí, ha disfrutado algunas tardes de su vida en este inmueble, y le gustaría seguir haciéndolo en el futuro.
Los orígenes
En 1861, derruido el antiguo CORRAL DE COMEDIAS (después TEATRO DE LA COMEDIA, TEATRO VARIEDADES y GRAN TEATRO, donde posteriormente se ubicó el CINE COCA), los vallisoletanos pedían con fuerza la construcción de un nuevo teatro. JERÓNIMO DE LA GÁNDARA se encargó entonces de diseñar el TEATRO LOPE DE VEGA que JOSÉ LEÓN y SATURNINO GUERRA llevan a efecto en el solar del CONVENTO DE LA TRINIDAD CALZADA, destruido durante la ocupación francesa de 1808, en la calle María de Molina, antes Guariza, y luego Boariza, donde sitúan la entrada principal.
De estilo italianizante, su fachada de corte clásico está organizada en dos cuerpos de tres arquerías que remata un frontón. Las ventanas de arcos de medio punto del segundo cuerpo estaban decoradas con vidrios de colores según la moda del momento. El frontón exhibía un busto de LOPE DE VEGA, obra de PONCIANO PONZANO (1813 – 1877), desaparecido tras la primera reforma, a pesar de que su autor fue el responsable del mayor conjunto escultórico del siglo XIX de España, el frontón del PALACIO DE LAS CORTES, realizado en 1848, en la puerta del actual CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, en Madrid; los populares leones que flanquean su entrada son también obra suya. Las pinturas del teatro y decoraciones, las ejecutó JOSÉ VÁZQUEZ, mientras que las figuras del techo son obra de JOSÉ VALLEJO Y GALEAZO (1821 - 1882). Como identificación exterior, el letrero Teatro de Lope.
La obra fue ejecutada por el maestro vallisoletano PABLO LUIS y se realizó a marchas forzadas, pues empezaron las obras en abril y se quería inaugurar en septiembre, para Ferias, aunque acabó haciéndolo el 6 de diciembre de 1861. Fue un gran acontecimiento en la ciudad, con un denso programa: descorrido el telón, el alcalde descubrió un retrato de la reina ISABEL II mientras la banda militar del Regimiento de Almansa interpretaba la marcha real; a continuación se interpretó una Sinfonía compuesta para la ocasión por el maestro BRIZUELA, seguida de la lectura de una loa dedicada a LOPE DE VEGA del dramaturgo argentino VENTURA DE LA VEGA (1807 – 1965); posteriormente se puso en escena la comedia El premio del bien hablar, de LOPE DE VEGA, como no podía ser menos, a la que siguió un largo recital de diferentes poesías sobre el acto a cargo de insignes poetas y personalidades del momento como JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH (1806 – 1880), MANUEL DEL PALACIO (1831 – 1906), CAYETANO ROSSELL (1817 – 1883), RAMÓN RODRÍGUEZ CORREA (1835 – 1894), GASPAR NUÑEZ DE ARCE (1832 – 1903), entre otros, aunque varios días después siguieron publicándose poemas en los periódicos sobre el evento. Luego se dieron reconocimientos públicos al arquitecto, al pintor de los frescos, y a los promotores de la obra. La velada terminó con el baile Los ventorrillos de la Puerta de Cádiz.
La fachada fue posteriormente modificada por ANTONIO ORTIZ DE URBINA (1854 – 1940) en 1910 eliminando el frontón superior y el busto indicado anteriormente. Se sustituyó por un frontis escalonado, ligeramente más alto, recubierto de azulejos de Talavera, varios de los cuales reproducen en pintura la imagen de su titular, el poeta y sacerdote FÉLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO (1562 - 1635). Esta reforma no afectó al interior, pero en el exterior se colocó una marquesina de hierro y cristal sobre los huecos del piso bajo como protección del público ante la lluvia. Esta reforma la llevó a cabo el arquitecto vallisoletano FIDEL MANTILLA, tal y como dejó rotulado en uno de sus muros.
Con 850 localidades, distribuidas
entre butacas (370), anfiteatro (310) y palcos (220), cuenta con 13 camerinos.
El escenario es de notables proporciones con 10,9 metros de ancho por 10,5 de
fondo. La altura del mismo alcanza los 6,4 metros. La superficie total del
inmueble es de 4856 metros cuadrados, distribuidos en sótanos, planta baja,
palcos y galería. Por la calle Veinte de
febrero se situaba un acceso al escenario para manejar el material
necesario en las representaciones. En esa misma calle se disponía la vivienda
del conserje y las oficinas del teatro. En el piso superior había una galería
adornada con diez arcos que conformaba un amplio salón de baile. Muchos
vallisoletanos recordarán la existencia en esas dependencias hoy desaparecidas
de un popular bar muy de moda en los años sesenta y setenta cuyos bocadillos de
calamares eran legendarios.
Algunos datos curiosos
El TEATRO LOPE DE VEGA fue el primer coliseo vallisoletano en el que el público se sentaba en unas localidades u otras según su condición social. El periodista y escritor EMILIO SALCEDO (1929 - 1992) lo explica así:
“El pueblo será desplazado hasta las localidades altas, con peores asientos, más lejos del escenario, donde malamente se ve y no se es visto, localidades que recibían el nombre de paraíso porque se llega a ellas tras una interminable ascensión, o de gallinero, localidades más económicas a las que se accede siempre por otras puertas sin posibilidad de coincidir con los elegantes del patio y los palcos. El teatro, como espectáculo, cumple al fin el sueño de los ilustrados y empieza a dejar de ser popular por algo tan simple pero tan decisivo”
Novedosa también fue la sustitución de velas por lámparas de gas, que permitían controlar la cantidad de luz y variar su intensidad, pudiendo dar mayor luminosidad al palco escénico, así como mantener al público asistente con mayor oscuridad.
Tras la inauguración, muchas interrogantes surgieron en la ciudad, porque fuera de Madrid o Barcelona, las compañías teatrales no aseguraban poder ofrecer una programación estable en provincias. De esta manera la práctica totalidad de coliseos nacionales tuvieron que hacerse polivalentes, es decir, ofrecer otro tipo de espectáculos aparte del teatro: musicales (zarzuelas, óperas, recitales, más modernamente, revistas de variedades, conciertos), espectáculos de magia, circo, mítines, conferencias, en algunos casos hasta veladas de boxeo, y por supuesto, cine, fueron compaginándose en estos locales. En el caso de nuestra ciudad, la construcción de un nuevo gran coliseo tres años después, el TEATRO CALDERÓN DE LA BARCA (1864), después el TEATRO ZORRILLA (1884), y a lo largo del siglo XX muchos más (PRADERA, HISPANIA, CAPITOL, CARRIÓN, VALLADOLID, etc.) dotaron a la ciudad de una oferta enorme. En el LOPE DE VEGA, no obstante, no dejaron de actuar excelentes compañías, de lo más selecto de cada época, aunque también fue frecuente que se dieran funciones de aficionados.Esta gran cantidad de teatros ha colocado a Valladolid como una de las ciudades más prestigiosas y
entendidas en este género, al punto de que muchas compañías nacionales estrenaban antes en Valladolid que en Madrid, como prueba de fuego para saber si una obra iba a ser un éxito o no. Esta reputación se mantuvo incluso después de la Guerra Civil. Público y crítica vallisoletanos tenían un peso esencial para los productores. En el libro sobre el quinto aniversario de plata que se editó sobre el TEATRO LOPE DE VEGA (en la imagen), pueden encontrar muchísima más información, así como una lista de los centenares de actores que han pisado las tablas de este teatro.Entre los cientos de excelsos actores y actrices que han pisado su escenario, destacaré tres, por su fama mundial. Los días 22 y 23 de noviembre de 1899 actuó la gran SARAH BERNHARDT (1844 – 1923) que estaba de gira por nuestro país. El día 22 escenificó La dama de las camelias, de ALEJANDRO DUMAS, una de las obras que más fama la otorgó, componiendo una de las más célebres Marguerite Gautier de la historia, con un lleno absoluto del teatro, a pesar de que las entradas no eran nada asequibles para la época. Al día siguiente puso en escena Frou-Frou, comedia de HENRI MEILHAC y LUDOVIC HALÉVY, obra que no gustó tanto al público vallisoletano que en esta ocasión apenas alcanzó la media entrada. EL NORTE DE CASTILLA describió la decepción de los asistentes, seguramente unido a la propia de la actriz que no debió de estar tan bien como el primer día al ver tan escasa respuesta (su especialidad en todo caso eran los dramas y las tragedias, no las comedias). Seguramente entre los precios, el que la obra no fuera apenas conocida y que actuó en francés (y obviamente por aquellas fechas ni traducción simultánea, ni la gente hablaba idiomas), hizo que el resultado fuera más bien discreto. Como pueden comprobar en este enlace, los dos días siguientes actuó en Bilbao, con las mismas obras.
A principios de siglo, la ilustre actriz y empresaria MARIA GUERRERO (1867 – 1928) también actuó en este teatro en varias ocasiones, y un poco más adelante en el tiempo, la simpática y provocadora JOSEPHINE BAKER (1906 – 1975) dejó su impronta el 13 de abril de 1930.
Por recordar una actriz vallisoletana, AGATA LYS (1953 – 2021) debutó como Doña Inés en el LOPE DE VEGA, tal y como pueden leer en esta otra entrada.
Sala de cine
Tal y como hemos indicado, éste y el resto de teatros de la ciudad, dedicaron parte de su actividad a la proyección de películas. El cine, desde su aparición, se convirtió en un espectáculo de masas y su programación era mucho más económica que la adaptación de escenarios, movimiento de actores en directo, etc. El TEATRO LOPE DE VEGA compaginó las representaciones teatrales (sobre todo en temporada de ferias) con sesiones cinematográficas hasta su cierre. Indicamos algunos momentos clave en la historia de este recinto respecto al cine.
El 19 de agosto de 1907 se anunciaba como “Gran cinematógrafo eléctrico y Chronomegaphone, el único aparato de completa perfección que se presenta en España". El LOPE DE VEGA fue uno de los locales que antes intentó ofrecer cine sonoro, aunque a la postre no lo logró. Hizo muchas pruebas tratando de sincronizar grabaciones en discos reproducidos en un fonógrafo a la vez que el proyector pasaba la película, pero era una tarea complicada ya que al menor desajuste (y los aparatos no funcionaban con la precisión actual) el despropósito podía ser mayúsculo. Por eso, las películas que exhibió con ese sistema eran cortometrajes (a más duración, más dificultad para sincronizar). Se estableció una auténtica competición en Valladolid a ver quien ofrecía antes películas habladas entre LOPE DE VEGA, el SALON PRADERA, y el TEATRO ZORRILLA. Finalmente, el cine sonore de verdad. Lo estrenó en la ciudad éste último el 16 de octubre de 1930 por mucho que otros publicitaran lo contrario. Pero ya hablaremos de ello en otra ocasión.
Finalmente, no será hasta 1940 cuando adapte sus equipos a proyecciones de cine sonoro siendo La sirena del puerto (The Devil's Playground, Erle C. Kenton, EE. UU., 1937) protagonizada por DOLORES DEL RIO, la primera proyección sonora que realiza. El anuncio que vemos a continuación fue publicado el 9 de enero de 1940, en EL NORTE DE CASTILLA.
En los años cuarenta, cincuenta y sesenta del siglo pasado el LOPE programaba muchos
espectáculos en directo, de todo tipo, más que películas, aunque varios años propuso sesiones dobles. En la imagen del viernes 23 de marzo de 1956, leemos algo tan exótico como la actuación de un hipnotizador y una médium. Un solo día, claro, por si se descubre el fraude. Los anuncios en aquellos años eran poco vistosos, con poca imagen (CALDERÓN y PRADERA eran los que más invertían en publicidad). Desde los años sesenta y setenta, dependiendo del día, se generalizaron los anuncios en prensa con al menos uno de los posters de las películas para prácticamente todos los cines, si bien, los de reestreno, eran menos dados a estos dispendios.Aunque pueda parecer del estado actual del teatro que
nunca se hacían labores de mantenimiento y mejora, eso no es cierto. Por
ejemplo, del 1 de marzo al 15 de septiembre de 1960, el LOPE cierra para
ejecutar labores de reforma.
Durante la transición democrática, algunas películas que habían sido prohibidas mucho tiempo en nuestro país, como Por quién doblan las campanas (For Whom the Bell Tolls, Sam Wood, EE. UU., 1943)(ver reseña), o Z (Z, Costa-Gavras, Argelia/Francia, 1969), fueron estrenadas en el LOPE DE VEGA en 1978. Desde aquella primera visita en 1978, posteriormente asistí en repetidas ocasiones a este teatro que ya iré relatando en posteriores entregas.
En
1995, las obras de rehabilitación del TEATRO CALDERÓN hacen que la Sede
de la Semana Internacional de Cine pase al TEATRO LOPE DE VEGA
hasta 1999, en que vuelve a retomarlo el primero.
El 30 de abril de 2000, cierra definitivamente sus puertas al público. En ese mismo año se acometió una restauración de urgencia, con el dinero procedente del alquiler de la sala a la JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN como lugar de ensayo de la Orquesta Sinfónica durante casi cinco años. El 4 de abril de 2006 fue adquirido por Caja Duero que pagó 7 millones de euros en una subasta. Su propietario era la empresa Auditorium Privatum, que tenía el 88% de la propiedad. En febrero de 2007, Julio Fermoso, responsable de la entidad declaró: “Este proyecto es un nuevo compromiso de Caja Duero con la sociedad, que de este modo evita la desaparición de este patrimonio”. Tras un intento del Casino de Boecillo de hacerse con él (el 25 de septiembre de 2008 Caja Duero descartó la oferta que les hicieron), la entidad bancaria decidió mantener su titularidad, y en 2009 el Ayuntamiento le concedió licencia de rehabilitación.
En
septiembre de 2019, la prensa de la ciudad se hizo eco de que el empresario
teatral vallisoletano ENRIQUE CORNEJO, actual director del equipo que
gestiona el TEATRO ZORRILLA, mostraba
su interés por adquirirlo y recuperarlo. El 11 de febrero de 2020, los medios
de comunicación informaron de que el Ayuntamiento de Valladolid llegó a un
acuerdo con Unicaja (entidad que
absorbió a Caja Duero) para la permuta del teatro a cambio de una
parcela en la ciudad. Finalmente, el 11 de noviembre de 2020 se efectúa la
adquisición formal, por 1,9 millones de euros, mediante permuta con Unicaja
Banco de una parcela urbanizable en el Callejón de la Alcoholera.
La rehabilitación
Desde entonces, el teatro ha ido deteriorándose cada vez más, como le ocurre a cualquier inmueble cerrado y sin uso. Finalmente, el pasado mes de septiembre, comenzaron las obras de rehabilitación coordinadas por el arquitecto ÓSCAR Mª ARES ÁLVAREZ, siguiendo el proyecto elaborado por Paredes Pedrosa Arquitectos.
La actuación cuenta con financiación procedente de los fondos europeos Next Generation, correspondientes a la Convocatoria de Ayudas del Programa de Impulso a la Rehabilitación Edificios Públicos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Ayuntamiento de Valladolid ha adjudicado por 13,4 millones de euros las obras que se centran en su consolidación estructural integral construyendo una estructura de hormigón armado que recubrirá los elementos históricos de más valor (fachadas de María de Molina, Veinte de Febrero, medianeras y muros de la sala y el escenario), así como la restauración y recuperación de sus elementos originales. Se demolerán las estructuras más deterioradas que tengan escaso valor arquitectónico, planteándose una nueva configuración, con nuevos espacios polivalentes para eventos relacionados con la actividad del teatro. Todo ello se realizará con el mínimo consumo energético, considerando criterios medioambientales, de sostenibilidad respecto a la construcción y al medio ambiente, eficiencia energética, e incluso soluciones bioclimáticas. El rechazo que han manifestado los vecinos de la zona se debe a la ampliación de la torre escénica existente hasta una altura de 28 metros, a la que se incorporarán todas las estructuras necesarias para el posterior montaje de un peine escénico motorizado, así como las pasarelas técnicas inferiores, apta para las escenografías futuras más exigentes.
El plazo de ejecución es de 22
meses aproximadamente. Se indica que la sala principal quedará con un aforo de 501
plazas sentadas y 736 plazas para eventos de pie. Confiemos en que todo vaya
según lo previsto, sin mayores sobresaltos, y podamos volver a disfrutar de este magnífico e histórico recinto.
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